Una creciente tensión se ha apoderado de la frontera entre Coahuila y Texas, en específico en la ciudad de Eagle Pass, donde grupos de ciudadanos estadounidenses, autodenominados "patriotas", se han congregado para protestar contra la presencia de indocumentados que, según ellos, han "invadido" el territorio nacional en el último año, transformando grandes ciudades en santuarios.
Desde mediados de la semana, estos grupos antiinmigrantes han llegado en tráileres, casas móviles y camionetas, desplazándose por ciudades cercanas como San Antonio, Austin y Uvalde. La presencia de estos manifestantes ha llevado a un aumento en la vigilancia policial y a medidas precautorias por parte de las autoridades locales.
En un comunicado de prensa emitido por el Centro de Operaciones de Emergencia de Eagle Pass y el Condado de Maverick, se advierte sobre la llegada de "organizaciones" a la ciudad durante el fin de semana, lo que podría generar tráfico pesado debido al influjo de personas.
La situación se intensificó aún más con amenazas de bomba y advertencias de un posible incendio en el centro de procesamiento de migrantes Firefly, ubicado a 18 kilómetros de la frontera con Piedras Negras. Ante estas amenazas, las autoridades locales y la Patrulla Fronteriza decidieron evacuar a 700 migrantes.
El trasfondo de este conflicto se enmarca en la disputa entre Texas y la Casa Blanca por las políticas de inmigración. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha centrado su atención en Eagle Pass, tomando medidas como el cierre del parque Shelby y despliegue de fuerzas de seguridad estatales.
A pesar de la tensión, Eagle Pass no solo es escenario de confrontaciones, sino que también alberga eventos tradicionales que destacan la conexión entre Estados Unidos y México. La "Cabalgata Internacional La Grande" reunió a vaqueros de Eagle Pass y Piedras Negras para iniciar una cabalgata de una semana al San Antonio Stock Show & Rodeo, recordando la rica historia compartida entre ambas comunidades.
El enfrentamiento entre el gobierno de Texas y la Casa Blanca ha llevado a una lucha territorial en Eagle Pass, una ciudad que ha experimentado un aumento significativo en los cruces ilegales en los últimos años. Mientras grupos antiinmigrantes se manifiestan, otros señalan la complejidad del problema y abogan por soluciones más compasivas.