Un recién nacido sufrió muerte cerebral en la Clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Saltillo, Coahuila; su vida ya depende de máquinas del propio nosocomio.
Mariana, la madre del menor Nicolás, acudió ante la Fiscalía General del Estado a interponer la denuncia correspondiente, lo que no fue posible por razones que no le pudieron explicar. Esto pese a que es un delito que puede pagarse con cárcel.
Según el relato de la afectada, ella acudió a la Clínica 1 del IMSS en buen estado de salud, con cinco centímetros de dilatación y con un bebé sano a alumbrar; sin embargo, el doctor que la atendió aseguró que el nacimiento sería por cesárea puesto que no podría dar a luz de forma natural debido al riesgo de su embarazo.
No obstante, la dilatación, de acuerdo con una persona que le hizo el tacto, estaba completa, por lo que solo hacía falta pujar para que el bebé saliera, lo que tuvo que hacer ante la insistencia de que pujara, pese a que no se hallaba en la sala de expulsión.
De acuerdo con Mariana, el bebé tenía la piel morada y no se movía ni lloraba, pero ningún médico hizo algo por reanimarlo o destaparle la nariz, pues todos se quedaron en shock, lo que llevó a una atención tardía que solo permite que pueda vivir gracias a máquinas.
El pequeño Nicolás puede aún salir avante, mas consideran que solo con graves secuelas o en estado vegetal. Si los procedimientos fallan, sus órganos empezarán a fallar y él perderá la vida.
Mariana ya presentó la queja respectiva ante la Comisión Coahuilense de Arbitraje Médico (Cocam), pero hizo un llamado a las autoridades para que la apoyen.