La historia de Salomón, de 14 años de edad, es descrita por su madre Paulina Rosales como un verdadero milagro.
Tras detectarle un tumor en el cerebro el febrero del año pasado, el niño, su familia y médicos se embarcaron en una guerra frontal para combatirlo.
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Paulina Rosales narró que el 4 de febrero del año pasado su hijo de la nada empezó a sentirse sin fuerzas, ni siquiera para poder caminar; después empezó a vomitar y lo llevaron a la Cruz Roja, donde sólo le pusieron un suero para la deshidratación.
Decidieron llevarlo con un pediatra, quien les indicó que le hicieran una tomografía.
Dicho estudio reveló que Salomón tenía un tumor en el cerebro, noticia que les cayó como balde de agua fría.
El tumor creció y tapó un vaso sanguíneo lo que provocó una hemorragia, aunque fueron momentos muy duros, ella se dijo a sí misma que no podía detenerse a llorar, debía mantenerse en acción para ayudar a su hijo Salomón.
El pediatra le sugirió llevar al niño al IMSS y tras casi 24 horas sin dormir, acudieron y quedó internado. Durante una semana estuvo en cama mientras los médicos atendían una hemorragia que presentó.
Tras detener por fin la hemorragia, fue programado para cirugía, la cual le realizaron el 10 de marzo.
El procedimiento fue un éxito y lograron retirar casi el 90% del tumor del cerebro de Salomón.
Finalmente el 25 de marzo de 2022 fue dado de alta, y tras eso, una nueva tomografía indicó que el tumor era benigno, y es eso precisamente lo que la señora Paulina cataloga como un “milagro”.
Durante los dos meses que estuvieron en el IMSS, ella conoció a otras mamás con problemas similares y éstas le contaron sobre la asociación Salvemos Héroes, a donde acudió algunas veces para comer, bañarse y descansar.
Recordó una anécdota de cuando necesitó un colchón para su hijo: hizo una publicación en Facebook y quien le respondió fue la fundadora de Salvemos Héroes, alguien quien no la conocía y ni siquiera vivía en esta ciudad, pero se ofreció a regalarle el colchón.
Paulina dijo que la asociación es muy útil al hacer sentir a las personas acompañadas y apoyadas. “Te da fuerza saber que no eres la única que pasa por algo así”.