Saltillo, Coahuila.- El sonido de la máquina de coser irrumpe el silencio de la casa marcada con el 346 de la calle Belinda, en el Fraccionamiento La Rosaleda. La prenda que se teje no es nueva, ni es una que se exhibirá en importantes desfiles de moda. Es más bien la creación de un objeto lleno de recuerdos, de uno que ayudará a sus dueños a recordar un ser querido, a cerrar un ciclo. Claudia crea osos de peluche con prendas de personas fallecidas por el agresivo y letal Covid-19.
El Covid-19 ha privado del derecho de darle un último adiós a sus seres queridos a cientos de personas. Los riesgos de contagio obligan a cremar los cuerpos de quienes fallecen a consecuencia de este virus, para evitar que se siga propagando.
En algunos casos, en la mayoría, los deudos no tienen oportunidad de ver por última vez a su padre, su madre, su hijo o su pareja; ya que al entrar con complicaciones se corre el riesgo de que salir en una caja, convertido en cenias.
Los objetos de los fallecidos traen recuerdos, pero su conservación implicaría ir acumulando cosas que ya no se utilizaran, por lo que a la larga se convierten en deshechos.
Pero desde noviembre del año paso se tiene otra opción para recordarlos, una más regocijante, más amena. Una que les permita abrazar y sentir menos la ausencia. Un oso de Peluche.
Claudia, su creadora, recuerda que el año pasado realizaba cubre bocas personalizados, negocio que inició para ayudar a su esposo a solventar los gastos durante la etapa de contingencia.
Pero a principios de noviembre el padre de un amigo cercano a la familia falleció por Covid-19.
Devastado, intentó buscar consuelo, sentir a su padre cerca. La última vez que lo vio fue cuando fue llevado al hospital, en donde perdió la vida.
No sabía qué hacer con las pertenencias de su padre, así que Claudia, como ayuda para mitigar su pena, le pidió una prenda de su progenitor y comenzó a realizar un oso de peluche y al concluirlo se lo entregó.
Recuerda que, Alejandro, al recibirlo, se mostró nostálgico y emotivo. Abrazó al oso y se aferró al él como si fuese su padre. Los ojos llenos de lágrimas eran su forma de dar las gracias.
Se corrió la voz. Desde entonces, y a la fecha, ha realizado alrededor de 200 osos de peluche en los que incluye un mensaje, en la parte posterior del oso, alguna frase que recuerde al ser querido o una que sirva de consuelo.
Incluso ha creado algunos con audios, con la voz del ser amado que por el infortunio de contraer el virus ha parido.
Esto ayudó a una pequeña, a quien su padre le dejó un audio antes de morir, a escuchar nuevamente su voz, pero no en un frio y común objeto de comunicación, sino en un oso vestido como su padre.
Debido a esto inició una página de Facebook, para quien quiera, pero sobre todo para quien lo necesite, la contacte, le dé una prenda y que espere paciente la entrega del peluche, que no es mayor a un día.
Pero el riesgo de trabajar con prendas de personas fallecidas por Covid-19 es inminente. Tiene que velar por sus dos hijos, una pequeña de 13 y otro de dos. Tiene que ser la compañera de su esposo, quien la apoya en esta labor, que lejos de ser un negocio redituable es una manera de solidarizarse con las victimas indirectas de este virus.
Por eso, uno de los requisitos es que las prendas sean desinfectadas y entregadas en bolsas de plástico, pero para mayor seguridad, de ella y de los suyos, al momento de recibirlas vuelve al desinfectarlas.
Cuando concluye su labor mete a quien se convertirá en el nuevo miembro de la familia en una caja, con una fotografía de la persona fallecida y hace la entrega, que es su parte favorita, cuando las personas ven el peluche y agradecen que contarán con una nueva forma de recolarlo.
- Si deseas tener un oso de peluche como objeto significativo de tu ser querido, comunícate a la página de Facebook Polly Lo