En sesión del Congreso del Estado, la diputada Beatriz Eugenia Fraustro Dávila presentó un pronunciamiento en conmemoración al 447 Aniversario de la fundación de Saltillo este 25 de julio, mediante el cual señaló que durante estos años la ciudad ha prosperado y crecido, gracias al trabajo conjunto de los saltillenses y del gobierno, cuyos frutos son las condiciones de seguridad pública, de formalidad laboral y estabilidad económica que gozan sus habitantes actualmente.
“Aquí todos trabajamos parejo para que le vaya bien a Saltillo. Las y los policías se arriesgan día y noche para protegernos; los trabajadores y emprendedores mantienen a la industria y el comercio en constante crecimiento gracias a su visión, innovación y tenacidad; madres y padres de familia responden con responsabilidad y compromiso formando a sus hijos, y por eso, hoy estamos de fiesta y tenemos mucho que celebrar”, enfatizó Fraustro Siller.
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Mencionó que Saltillo fue la primera ciudad libre del México Independiente, pues el Cabildo de Santiago de Saltillo firmó la primera declaración y proclamación de independencia un 2 de julio de 1821, antes de que se declarara la consumación de la Independencia de México el 27 de septiembre de 1821.
Otro hecho histórico del que fueron testigo los saltillenses en 1864, fue la presencia en esta ciudad, del presidente Benito Juárez, donde radicó tres meses durante su lucha contra la intervención francesa. “Fue en esta bendita tierra donde se alzó la voz para que Coahuila recobrara su soberanía al decretar su separación del Estado de Nuevo León.
Asimismo destacó que la fortaleza y el carácter de las mujeres y hombres saltillenses ha sido forjado con sangre, sudor y esfuerzo, pues la ciudad fue escenario clave durante la Revolución Mexicana, siendo punto de concentración de las tropas que operaban en esta región. Desde esta capital el gobernador Venustiano Carranza dirigió los acuerdos para desconocer la presidencia del general Victoriano Huerta, marcando un hito crucial en el desarrollo del conflicto armado.
Asimismo Saltillo es conocido como la cuna del sarape, donde además nació la ruta de encuentro entre la riqueza paleontológica del desierto y la tradición vitivinícola de la región.