Autoridades municipales de Viesca, Coahuila, aseguran no tener conocimiento de los trámites o permisos que se requieren para la realización de eventos como el Festival Dunas de Bilbao que se llevó a cabo recientemente en esta Reserva Natural Protegida y señalan que sólo el ejido es responsable de las actividades que se desarrollan en el parador turístico.
El alcalde de Viesca, Hilario Silvet Escobedo, dijo que las dunas son privadas, no del municipio y que éste no interviene en las decisiones ni acciones del comité que se encarga de este destino turístico.
Tras cuestionar a diferentes autoridades municipales sobre el tema de los permisos que debe tramitar un organizador de este tipo de eventos para el uso de las Dunas de Bilbao, no se se brindó información sobre el tema; la Secretaria del Ayuntamiento dijo no tener esas facultades y que es la dirección de Turismo quien se coordina con los encargados del paraje.
“Ellos rentan las dunas para acampar o cosas así cuando va a haber un musical; el permiso se los damos de 9:00 a 14:00 horas, sin venta de alcohol. La gente que va a las dunas lleva su alcohol y hay un área donde puedes llevar a cabo los eventos, hay palapas, albercas, área de camping y asadores”, dijo el alcalde.
Y reiteró que es un comité ejidal el encargado y los beneficios que resultan de ese tipo de eventos, son para mejoras del mismo lugar.
Turismo se encarga de algunos permisos y apoyo
Al respecto, el director de Turismo, Moisés de la Rosa, informó que cuando el organizador de determinado evento, como en este caso el Festival de música electrónica, acude directamente con el comité del parador turístico, quienes determinan si se otorga la autorización o no para llevarlo a cabo.
"Cuando ya lo tienen, entonces sí nosotros como Turismo intervenimos para sacar los permisos de Protección Civil, Seguridad Pública y Centro Médico, con la finalidad también de que hagan presencia y apoyen durante el evento"
Destacó que como municipio no intervienen con las acciones y decisiones del comité; el organizador hace el acuerdo con el ejido que es quien define si otorga el permiso o no de hacer el evento y una vez autorizado, el municipio se encarga de los permisos y el apoyo antes mencionado por el funcionario.
“Si es algo masivo pues lo que se pide es más seguridad y que los organizadores incluyan también seguridad privada para tener un mejor control del orden”, agregó.
Reiteró que está a consideración del comité otorgar o no la autorización y que queda bajo la responsabilidad de los ejidatarios encargados, la supervisión y los lineamientos que se determinen.
Por su parte, el presidente del Comité del Parador Turístico Dunas de Bilbao, Alberto Cháirez, confirmó que los organizadores les hacen directamente la petición y ellos la tienen que someter a autorización mediante asamblea del ejido; se define la autorización y queda asentada en el acta de la asamblea ejidal.
Comentó que el organizador tras la autorización del ejido, se encarga de tramitar los permisos correspondientes, que se desconoce cuáles son y ante qué dependencias, debido a la negativa de las autoridades del Ayuntamiento a brindar información.
Ejidatarios acceden por necesidad
Si bien este tipo de eventos deja un beneficio considerable para los ejidatarios que son propietarios de estas tierras, incluyendo las dunas, se trata de un tema de preservación de un espacio protegido y en el cual hay especies endémicas de flora y fauna que están en peligro de extinción.
El comité para poder autorizar este tipo de eventos en el parador, pide un porcentaje de las entradas que cobran los organizadores y es el único beneficio que obtienen de ésto; de los 800 pesos que se paga por un boleto de entrada para este festival, 150 se debe entregar al comité. Todo lo que se recauda es utilizado en trabajos de mantenimiento o necesidades que imperen en el centro turístico.
Sin embargo, el presidente del comité indicó que no obtienen ganancia neta de todas las personas que ingresan al evento, muchas acuden con cortesías y entran sin pagar, lo que resulta una pérdida para ellos.
Para los 81 ejidatarios que tienen los derechos de estas tierras, es una necesidad trabajar en el lugar y aprovechar el destino turístico para poder generar ingresos de diferentes maneras; no siempre es suficiente como para obtener ganancias y solo se invierte en las mejoras del parador. De ahí algunos se benefician con el trabajo, ya sea vendiendo algo, limpiando el lugar o cualquier actividad relacionada con el lugar.
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De igual forma el comité de ejidatarios que se encargan de las Dunas de Bilbao, desconocen si se tiene que pagar algún permiso para la venta de alcohol o algún otro al municipio; sin embargo, destacó que tienen conocimientos que tras obtener la autorización del ejido en la asamblea, el organizador que solo informó es de la ciudad de Monterrey, se encarga de tramitar los permisos necesarios, que también desconoce cuáles son y ante qué dependencias los realiza.
Finalmente, dijo que no han tenido incidentes en estos eventos ni conflictos con los organizadores; incluso se tiene orden y mucha limpieza, así como el compromiso de dejar el lugar en óptimas condiciones y contratan a algunos ejidatarios por recolectar la basura y hacer limpieza después del evento.