La sequía también afecta a los engordadores locales de ganado, porque disminuye la venta de forrajes, del silo de maíz, de sorgo y las pacas de rastrojo también escasean, porque hay mayor demanda pero poca oferta y por consiguiente todo aumenta.
También los precios internacionales de la soya y maíz están muy altos y si no llueve el próximo año será complicado para este tipo de ganaderos.
José Miguel Campillo Carrete, presidente de la Unión Norte de Engordadores de Ganado, A. C., que alberga 45 socios y quienes tienen alrededor de 250 mil cabezas de ganado, dijo que si no llegan las precipitaciones a tiempo, el próximo año será extremadamente difícil, pues la presa Lázaro Cárdenas se encuentra a un 22 por ciento de su capacidad lo que afectará también a campesinos y productores porque no habrá forraje y bien podría suspenderse el ciclo agrícola en el 2023.
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La exportación de la carne ya procesada en cajas llega a varios estados de la república y al extranjero.
Se cubre principalmente Monterrey, Querétaro, Ciudad de México y Ciudad Juárez y se vende además una tercera parte en los supermercados y almacenes de prestigio y un 30 por ciento es para exportación, hacia Estados Unidos y el resto a distribuidores locales.
Sin agua es difícil seguir engordando a nuestros animales porque es el forraje el que sigue escaseando y en este sentido pues las ventas también se caen, dijo.
Pero en sí todo el sector agropecuario se ve lastimado por falta de precipitaciones pluviales y de continuar la sequía el panorama para el año siguiente será desolador en donde se incluye a los engordadores.