Gómez Palacio, Durango.- El coordinador de la Mesa Ciudadana de Seguridad y Justicia en la Laguna de Durango, Gerardo Ibarra Rodríguez, aseguró que de seguir la indisciplina en las redes sociales, el caos seguirá a través de los mensajes que jóvenes irresponsables transmiten con el afán de figurar, para dar respuesta a sus traumas o bien, ¿por qué no? , para amenazar.
"Pero habremos de celebrar que nada malo ocurriera con los mensajes que mandaron el joven del Cetis 47 y la estudiante del Cetis 88 de Gómez Palacio, pero a la vez no debemos desdeñar que otros con serios trastornos mentales, podrían seguir como patrón lo que sucedió en el Colegio Cervantes".
¿Qué hay que hacer?, se pregunta Ibarra Rodríguez y añade:
Mano dura, primero de los padres de familias, quienes siguen perdiendo terreno ante sus rebeldes hijos, luego, estricta vigilancia de los maestros, quienes acostumbrados a cobrar cuota, bien podrían aumentarla para comprar un sistema de detección de armas o droga y por último, que la policía, bomberos u otros cuerpos de seguridad y auxilio, cobren a los padres del joven protagónico e irresponsable, lo que cuesta una movilización o la pérdida de clases, dijo.
"Estoy seguro que con estas medidas, difícilmente pasarían estos problemas o bien este tipo de alumnos que bien necesitarían un psicólogo, lo pensarían".
Insistió en que se requiere actuar con mano férrea pero respetando los derechos humanos y obvio conocer primero los motivos que obliguen a estos chamacos a actuar de esta manera, sin importarles causar alarma y en ocasiones hasta pánico entre sus mismos compañeros.
Creo que en las escuelas también se debe pedir un perfil psicológico de cada estudiante al ingresar, pero no para satanizarlos, discriminarlos y mucho menos rechazarlos, sino para atenderlos y darle seguimiento en su manera de ser, o de pensar, expresó.
Por el momento hay un compás de espera, pero quien nos puede asegurar que en un futuro resurja un caso similar ya sea en planteles públicos o privados, dijo.
ESCUELAS O GUARDERIAS
También lamenta que maestros de otras entidades critiquen a los padres de familia, tras decir que las escuelas no son guarderías para esperar a los padres de familia hasta que recojan a sus hijos.
Le prenden más fuego a la hoguera cuando en estos momentos deben aceptar cuando menos 15 minutos de tolerancia antes de cerrar las puertas de la escuela.
Sostuvo que otra excelente medida, sería registrar en la dirección de la institución, con el consentimiento de los padres de familia, a los parientes del alumno, quien a través de una identificación puede disponer del alumno cuando la madre o padre no pueden ir.
“Hay soluciones que pueden evitar este tipo de problemas o desgracias como la que le sucedió a Fátima”, apuntó.