Las personas que buscan viajar para presenciar los eclipses son embajadores de cada una de esas tierras visitadas, porque conocen los lugares, su cultura, gente, gastronomía y todas sus riquezas, además de la vivencia del fenómeno en sí.
"Si por algún motivo no se llega a ver la totalidad del eclipse, te llevas esa riqueza, una maravillosa experiencia y todo lo que pudiste conocer", comentó Alejandro Arroyo, de Santiago de Chile, y el latinoamericano que ha visto más eclipses totales en el mundo con 19.
Considera que es tan fascinante lo que se ve en la totalidad, lo que se vive en esa experiencia es lo que hace que lo vuelva adictivo. Desde 1994 ha presenciado los eclipses totales, viajando por los cinco continentes en lugares como Siberia, China, África, Antártida.
"Desde el primer eclipse total que vi me impactó mucho como reacciona el entorno, el medio ambiente, las personas, cómo cambia la luz y todos esos elementos me hicieron que se volviera una afición porque yo no soy astrónomo soy historiador del arte".
Considera que al igual que los otros eclipses este tendrá sus peculiaridades y entre lo que más disfruta es justo el conocer nuevas culturas, lugares y personas.
"Además, Torreón será de los lugares donde tendrá una mayor duración la totalidad, por lo que desde hace tiempo hice una visita para revisar toda la logística", comentó.
Los eclipses son fenómenos totalmente programables, lo que permite a gente como Alejandro, considerada como cazadores de eclipses, planear las visitas y los viajes como lo hace un aficionado al fútbol con los mundiales que son cada cuatro años o las olimpiadas; esto además permite ahorrar y planificar adecuadamente todos los detalles para vivir al máximo la siguiente experiencia.
Recomendó a la gente iniciar como observadores de eclipses desde muy temprana edad, con la finalidad de que puedan vivirlo la mayor cantidad de veces posible; no fue su caso ya que inició a los 30, pero es justo por eso que aconseja que puedan reunir la mayor cantidad de vivencias a lo largo de su vida.
"Es muy bonito la parte del recuerdo, la persona probablemente no vuelva a ese lugar, buscará llevarse algo de ahí para recordar y esos turistas son embajadores de la zona que va a ver la totalidad y lleva un pedacito de México y de Torreón en este caso al lugar del mundo al que va", dijo.
Lo que a él le cambió la perspectiva de vida tras comenzar a vivir este tipo de experiencias, fue el percibir que frente a la naturaleza no somos nada en el mundo; que tiene leyes propias y aunque a través de la historia el humano ha tratado de dominarla y someterla a su juicio y razón, esto no es posible.
"En mi caso me permite darme cuenta de eso y me ha permitido cambiar cómo veo al resto del mundo y a las personas, si no somos nada frente a la naturaleza, tratemos entonces de ser mucho frente a los otros seres humanos. También hay que entender la importancia del sol para nuestra existencia".
Por su experiencia, recomendó a toda la gente que para este lunes la gente ya tenga definido dónde lo va a ver; es necesario no improvisar porque habrá necesidades diferentes, hay demasiada gente y se tienen que prever distintas situaciones como cargar gasolina, distancias, el tráfico, adquirir alimentos, agua.