La situación de las adicciones es un problema de salud que debería ser atendido por las instituciones correspondientes del Sector Salud, pero al no haber lugares, elementos ni recursos para hacerlo, el sector privado toma la oportunidad y ofrece servicios de rehabilitación como lo es en los conocidos como anexos.
En muchos de los casos, este tipo de lugares son abiertos y atendidos por personas que también estuvieron alguna vez en un anexo, al ver cómo funcionan y que se puede ganar dinero, lo toman como una posibilidad de negocio aunque no estén capacitados para realizar un trabajo de esa naturaleza.
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Así lo señaló el director de Prevención Social del Delito del Ayuntamiento de Torreón, Víctor Ramos Galindo, quien además destacó que en la región también se tiene una limitante en materia de recursos, mismos que fueron recortados por el Gobierno Federal para la atención de este problema y si no está ese recurso para atender la situación, la iniciativa privada continúa abriendo este tipo de lugares, debido a que la demanda se ha incrementado.
“Y al haber ya una cantidad considerable lo importante es reglamentarlos, vigilarlos para que se esté haciendo las cosas como deben de ser”, comentó.
Dijo que no es tanto que se hayan incrementado los anexos en Torreón, sino que cada vez hay más que se están regularizando y entrando al padrón, mediante las verificaciones y aplicación del reglamento que se está haciendo en el municipio.
En el municipio hay un total de 63 anexos en el padrón, cuando anteriormente solo había 20 0 21, sin embargo, muchos de ellos se encontraban trabajando de manera clandestina y se han ido invitando a reglamentarse.
El funcionario señaló que puede parecer que la problemática crece, pero que las adicciones son un problema de salud pública que siempre ha existido, pero que actualmente se visibiliza más y en este caso, se conocen mayor cantidad de anexos por las acciones que se realizan para su regularización.
La verdadera problemática
Dijo que uno de los problemas de que haya tantos lugares de este tipo es que no todos llegan realmente a profesionalizarse, para realmente dar la atención adecuada a los internos y brindarles garantía de una recuperación favorable.
A pesar de que se tienen que verificar y establecer sanciones en caso de incumplimientos, en la actualidad no se puede ser tan severo en las clausuras con estos centros, ya que tratando de solucionar este problema se incrementa otro que es el hecho de que existan integrados a la sociedad, más personas con problemas de adicción, que puedan estar generando problemas como delincuencia o violencia.
En los diferentes anexos que funcionan en la ciudad, se tienen alrededor de mil 500 personas internas y es importante también que lejos de seguir abriendo clínicas o centros, se opte por trabajar para que no crezca el número de personas que necesitan internarse.
“Toda esa gente que está en los centros de rehabilitación, no están consumiendo, delinquiendo, causando problemas en su familias, sino que están en un proceso y son una buena cantidad de personas que no están trabajando, ni estudiando, ni están produciendo nada a favor de la sociedad”, destacó.
Agregó que de no contar con este tipo de lugares, toda esa gente estaría en las calles o en sus hogares, volverían a consumir y a causar problemáticas sociales.
Sin embargo, dijo que lo más importante es trabajar en la prevención de las adicciones, para evitar que las cifras sigan aumentando y que esos centros no sigan creciendo, que no sean cada vez más frecuentes las aperturas; dijo que si bien para ellos es una oportunidad de obtener ingresos, el objetivo primordial debe ser dar una atención debida y procurar la recuperación de los pacientes.
Requisitos para apertura
Para que se pueda abrir un lugar de este tipo requiere de diferentes trámites y requisitos; lo primero que debe tener es el lugar en el cual se van a instalar y que sea adecuado para este tipo de espacios; por lo que deberá primero conseguir una constancia de uso de suelo, tras ser aprobada por el área de Urbanismo; luego es contar con un acta constitutiva de que están registrados como asociación civil y presentarla.
También deberá ser presentada la documentación correspondiente del responsable, como lo es la credencial del INE y comprobante de domicilio para ir a tramitar una licencia de funcionamiento y que al municipio se le informe que se abrirá este lugar.
“Luego se procederá a mandar a una unidad de Inspección y Verificación para que revise adecuadamente las instalaciones, así como a Protección Civil para verificar que cumplen con requisitos y que se tenga el plan de protección correspondiente”.
Luego se tiene que dar fe también a la Cofepris y que también se verifique, a la Comisión Nacional contra las Adicciones, quien dará la certificación que los avale para que puedan operar y cobrar, siempre y cuando estén legalmente constituidos.
¿Hay más consumo?
El área geográfica en la cual vivimos es una zona importante, en la cual hoy en día existen muchos jóvenes consumidores de sustancias; en la Comarca Lagunera no existen las instituciones gubernamentales que presten el servicio preventivo y de tratamiento a quienes consumen drogas.
Dijo que el gran número de centros de este tipo en la región, evidentemente obedece a la demanda de atención; es más normal entre la percepción la situación del consumo, pero la gente desconoce las consecuencias tanto neurológicas como familiares que se pueden detonar a causa de esto.
“Hasta los sueldos bajos que hay en La Laguna hacen que los trabajadores se tengan que doblar y estar en continuas jornadas laborales y de esto el consumo de sustancias es uno de los principales factores que emplean para poder aumentar su rendimiento”, destacó Gerardo Berumen Torres, psicólogo clínico experto en consumo de sustancias y terapia de rehabilitación por adicciones.
También la disfunción familiar está entre los principales detonantes del consumo en la región, aunado al aspecto de la socialización y la aceptación en ciertos grupos sociales en los que los jóvenes consumen.
No perder el objetivo
El especialista en rehabilitación de adicciones, dijo que la principal forma en la que estos lugares conocidos como anexos deben trabajar, es bajo un continuo monitoreo por parte de diferentes actores como son la Cofepris, el consejo Nacional contra las Adicciones, Secretarías de Salud, para garantizar el trato digno, en cuanto a los ingresos, costo, comidas, responsivas legales, tipos de terapias y profesionales laboran, si existen médicos, psicólogos, así como los espacios en los que se desarrollan los internos.
“Se dan casos en los que el trato no es digno, que los tratamientos o acciones no son los adecuados y por eso, es que las instancias de gobierno deben ser muy puntuales con este tipo de instituciones privadas y que las puedan monitorear para que exista un control y se garantice el bienestar de las personas”.
Dijo que sí se pueden ver como un modelo de negocio, pero cada quien lo toma de la manera que la situación sea favorable; sin embargo, destacó que no deberían manejarse ni verse como un negocio, sino como sitios seguros preocupados por la recuperación total y segura de pacientes con problemas de adicciones.
Se debe tomar como un tema sumamente profesional, con las metodologías adecuadas y principalmente con la humanidad necesaria para atenderlos y ayudarlos; aunque en estos lugares se cobren cuotas, no se debería perder ese objetivo, los costos se entiende que son necesarios para el mantenimiento del lugar y los servicios que se les da a los pacientes, pero no debería de ser el fin principal de este tipo de centros.
