La Comisión Federal de Electricidad (CFE) desafortunadamente no ha respondido a las autoridades de Torreón y de otros municipios laguneros que pretenden que en una reunión de trabajo se atienda su petición orientada a lograr un ajuste en las tarifas que por consumo de energía eléctrica se aplican a los organismos operadores de agua potable, ya que los cobros prácticamente se incrementaron al doble durante el año pasado.

El alcalde Jorge Zermeño Infante recordó que él mismo solicitó una reunión con el director de CFE, Manuel Bartlett Díaz, sin que hasta ahora haya respondido, por lo que habrá que insistir ya que son injustas las tarifas que se aplican en casos como el del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas) de Torreón, y eso, dijo, no puede ser.

El edil le apuesta a que se generen avances hacia la respuesta que se busca luego de que tuvo la oportunidad de entregarle un escrito con planteamientos y solicitudes de apoyo al respecto de manera directa al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, durante su visita a esta ciudad la semana pasada. “La intención es que tenga el conocimiento de esta problemática no solamente con CFE, sino también con los adeudos que recibimos y heredamos de Conagua”, agregó.

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Mientras tanto, a pesar del incremento exorbitante en el costo de la energía eléctrica que cubre el Simas, las tarifas de agua potable no sufrieron para este año más que un moderado ajuste a la alza, por lo que Zermeño Infante pide a los torreonenses que se solidaricen con el organismo público, simplemente al cumplir con el pago correspondiente a los servicios que el mismo les otorga.

En ese sentido, refirió que “el Simas necesita que todo mundo seamos solidarios y paguemos lo que consumimos de agua, ya que más del 40 por ciento de los ciudadanos no pagan”.

Detalló que de 180 mil cuentas que tiene vigentes el Simas, correspondientes a igual cantidad de usuarios, alrededor de 80 mil no pagan, se mantienen omisos en el cumplimiento a pesar de que se les han ofrecido importantes beneficios y facilidades para que puedan ponerse al corriente, como ocurrió el año pasado con un programa de estímulos que incluyó descuentos de hasta el 80 por ciento y la posibilidad de liquidar saldos en parcialidades.