Hasta la semana epidemiológica 43 y con corte al 29 de octubre de 2018, la Secretaría de Salud (SSA) informó que Coahuila acumula 17 muertes maternas de las 546 que se registran a nivel nacional, según datos de la Dirección General de Epidemiología (DGE).
Se destaca que en el país las principales causas de defunción son hemorragia obstétrica (126 fallecimientos), enfermedad hipertensiva, edema y proteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio (112), aborto (45), sepsis y otras infecciones puerperales (32) y complicaciones venosas en el embarazo (30).
Asimismo, padecimientos del sistema respiratorio, embolia obstétrica, muerte obstétrica de causa no específica, causas maternas indirectas no infecciosas, causas maternas indirectas infecciosas y otros traumas obstétricos, son otras de las causas de las muertes.
En sus estadísticas, la SSA también informa que las instituciones que más han reportado decesos son: la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el medio privado.
Las entidades que notifican mayor número de defunciones son: Chiapas (con 64), Estado de México (62), Veracruz (31), Jalisco (28) y Chihuahua (26) que en conjunto suman el 38.6 por ciento de las muertes maternas registradas.
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Según la SSA, la defunción materna se define como la muerte de una mujer mientras está embarazada o dentro de los 42 días siguientes a la terminación del embarazo, independientemente de la duración y el sitio del embarazo, debida a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo o su atención, pero no por causas accidentales o incidentales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que cada día mueren aproximadamente casi 830 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto; además, expresa que en comparación con otras mujeres, las jóvenes adolescentes tienen mayor riesgo de complicaciones y muerte a consecuencia del embarazo.
Por ello, es importante la atención especializada antes, durante y después del parto ya que ésta puede salvarles la vida a las embarazadas y a los recién nacidos.
La OMS señala que todas las mujeres, y en particular las adolescentes, deben tener acceso a la contracepción, a servicios que realicen abortos seguros en la medida en que la legislación lo permita, y a una atención de calidad tras el aborto.