Claudio Rodríguez Camacho, fue un destacado alumno de la escuela primaria federal Felipe Carrillo Puerto, esta icónica institución ubicada en la colonia Moderna, que cerrará el día de mañana, un ciclo de 101 años de formación de niños en la ciudad de Torreón.
Durante 56 años, desde que egresó de esta escuela, se ha mantenido al tanto de lo que en ella sucede, apoya en su cuidado, la promoción y en todo lo que puede; hoy con lágrimas en los ojos dice adiós a este legado, que los formó a él y sus nueve hermanos, pero también a su madre, que fue quien inició la tradición de estudiar en la Carrillo Puerto.
"Desde 1968, no he dejado de acudir a mi escuela para apoyar en lo que pueda; apenas el martes solicité que viniera Parques y Jardines a retirar basura y árboles muertos o caídos", comentó.
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Dijo que así como ésta, ha realizado varias actividades, se mantiene pendiente e involucrado con la comunidad escolar.
"Está fue la primera primaria federal de la región Lagunera, también fue la primera que puso el nombre de Felipe Carrillo Puerto en el país, es con la que nació aquí la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y que tuvo profesores federales; no es posible que se olviden de todo eso".
Tradición familiar
En esta institución, se encuentra una placa en la cual se recuerda a toda la familia de don Claudio como exalumnos destacados; siempre fueron parte de esta tradición escolar.
Dicha placa recuerda a la familia Rodríguez Camacho y encabezando el listado se encuentra la señora María Guadalupe Camacho Ávila, madre de Máximo Claudio y del resto de sus hermanos que también tienen sus nombres plasmados en esta pared.
Gloria Estela, José Ismael, Jorge, María Dolores, Víctor Sergio y Leonel, ya no se encuentran en el plano terrenal; Daniel Braulio, José David y Máximo Claudio, que aún se encuentran con vida.
"Todos fuimos exalumnos de esta escuela; cómo no vamos a sentir, a pensar que nuestra escuela debería de seguir existiendo".
Destacó que cuando ellos estudiaban en la Carrillo Puerto, tenían compañeros que acudían de diferentes sectores de la ciudad y hasta de otros municipios como de las colonias San Joaquín, Polvorera, Metalúrgica, hasta comunidades como Villa Juárez y Nazareno que son de Lerdo, Durango y no pueden creer que ahora tenga que cerrar por falta de alumnos.
Luchó hasta el final
Don Claudio trató de luchar hasta el último momento de la mano con los padres de familia, con un gran amor por su escuela y el compromiso de preservar esta tradición.
Ha apoyado a los niños, maestros, padres de familia y trató de hacer varios esfuerzos e iniciativas, para evitar que este cierre se concretara.
Llegó a pedir apoyo por todos los medios posibles y trató de aportar su granito de arena para que las puertas de este recinto escolar no cerraran, esfuerzo que fue en vano.
Para él, está noticia fue muy difícil de asimilar, no concibe la Carrillo Puerto sin sus niños; es difícil deslindarse y aceptar la realidad, la situación de que las autoridades educativas terminen un ciclo y una tradición, para albergar a otra institución de nivel secundaria; sin embargo, dijo que tanto él como los padres y madres, aceptaron el comunicado y estarán a la espera de que las instalaciones de la escuela Eva Sámano estén listas para ver retornar a sus alumnos y probablemente la Carrillo Puerto pueda también ver regresar a sus niños
Se les indicó que al regreso de los estudiantes de secundaria a su escuela de origen, se tendría que contar con una matrícula de mínimo 30 alumnos de primer grado de primaria para volver a retomar las actividades académicas en la Felipe Carrillo Puerto; de ser así, se permitiría también el regreso de los alumnos que aún estén cursando algún grado de primaria y dern volver.