Conoce a Jorge Bretado; el ser empacador le devolvió las ganas de vivir

La emergencia global por el Coronavirus lo tiene desconcertado

Debanhi de la Cruz González | Noticias de El Sol de La Laguna

  · jueves 19 de marzo de 2020

Jorge Bretado Acosta, adulto mayor empacador de supermercado. / Foto: Debanhi de la Cruz | Noticias de El Sol de La Laguna

Torreón, Coahuila. - Minutos después del mediodía de este jueves, el señor Jorge Bretado Acosta llegó al supermercado donde es empacador desde hace un año en la ciudad de Torreón, sin embargo, se llevó la sorpresa de que su supervisora le dijo que ya no se podía presentar a trabajar, esto como parte de las medidas de prevención por la emergencia que actualmente se vive por la pandemia mundial del Coronavirus.

“Estoy desconcertado”, manifestó Bretado Acosta de 62 años de edad, es miedo e incertidumbre lo que le ocasiona pensar en la situación actual que aqueja al mundo y a nuestro país, “como que no me la creo, a la edad de uno se pone nervioso de todo”, agregó.

Señaló que afortunadamente la empresa donde trabaja les entregará una tarjeta electrónica donde se les realizarán donativos monetarios, pues la cantidad recabada por los clientes mediante el Redondeo en Alsuper, la tienda aportará el mismo monto, lo que será destinado para sus empacadores de mayor edad.

Originario de la ciudad de Torreón, el señor Jorge Bretado contó que se acercó al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Torreón luego de una operación que le realizaron, pues en ese momento “me sentía solo, abandonado, arrinconado, y sentía que necesitaba ayuda psicológica porque ya no le tenía amor a la vida, quería dormirme para siempre”.

En el DIF le dijeron que existía el programa de Adultos Mayores empacadores, al cual podía integrarse, “me mandaron con el psicólogo, me dieron terapia y me mandaron a una tienda en Senderos, cinco meses después ya me trajeron al centro”.

Jorge hace 10 minutos de su casa al trabajo, en el que pasa cuatro horas de su día empacando, para él significa mucho su labor, “volví a la vida, si yo no fuera empacador, créamelo que yo ya no estaría aquí, me dio entusiasmo”.

Por increíble que parezca, con sus ganancias, el señor Bretado paga la carrera de su hijo Alejandro, quien se encuentra en el séptimo semestre de Medicina, “los gastos de un estudiante de esa magnitud son bastantes caros, los traslados, los libros y cobro de la escuela”.

Los ingresos que le genera el ser empacador es muy valioso, pues él no cuenta con una pensión y tiene que también cubrir los gastos de luz, agua, despensa y mucho más, “anda uno aquí por la necesidad del día a día y las ganas de salir adelante”.