Por poner en riesgo la salud de sus clientes debido a fallas y omisiones consideradas como prácticas insalubres, un total aproximado a los 35 restaurantes y otros negocios dedicados a la venta de alimentos preparados han sido clausurados por la Dirección de Inspección y Verificación Municipal en el transcurso de los últimos tres años.
Si bien no se han detenido las visitas de inspección en busca de irregularidades en las instalaciones o en el manejo de los alimentos que ameriten la inmediata aplicación de medidas correctivas, por lo menos en el transcurso de los últimos dos meses no se han constatado situaciones que por su gravedad ameriten la imposición de clausuras temporales.
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Así lo dio a conocer Raúl Rodríguez García, titular de la dependencia municipal, quien confirmó que en días pasados se atendió el caso de una conocida taquería de la localidad que mucho se difundió mediante redes sociales, donde se hacía alusión a la abundante presencia de moscas en el área donde se preparan y sirven los alimentos.
Aun cuando no hubo ningún reporte ni queja formal al respecto, los inspectores municipales acudieron al establecimiento para realizar una exhaustiva revisión en la que, sin embargo, no se constataron deficiencias graves que justificaran un cierre temporal.
“No hay nuevas clausuras, seguimos trabajando y verificando; hasta ahorita hemos encontrado incidencias muy leves o menores que puede subsanar el restaurante sin incurrir en una infracción o en una clausura”, comentó el funcionario.
Cabe recordar que semanas atrás también se descartaron irregularidades en la sucursal de una conocida cadena de pizzerías que se revisó después de que igualmente mediante redes sociales se había hecho público el supuesto caso de una familia que acudió a comprar una de las especialidades de la franquicia para llevar y que al llegar a su casa se habrían encontrado con que el producto estaba presuntamente infestado de larvas, lo cual en realidad nunca se constató.
Como ya lo había informado anteriormente, Rodríguez García reiteró que desde el 2022, el primer año de la actual administración se intensificó el trabajo de inspección a favor del orden y sobre todo de las condiciones de higiene con las que deben funcionar todos aquellos negocios que se dedican a la venta de alimentos preparados, ya sea para su consumo en el propio establecimiento o para llevar.
Fue así como solamente en el transcurso de ese año fue necesario imponer por lo menos 20 clausuras ante serias deficiencias sanitarias que en su momento se consideraron como una evidente amenaza para la salud de los consumidores.
Se cree que es debidamente a esa vigilancia constante y puntual que cada vez es menos frecuente encontrar ese tipo de anomalías, por lo que ya durante los dos últimos no han superado los 15 los cierres que se han efectuado en restaurantes, fondas y negocios afines.
Debe entenderse que cuando se hace efectiva la imposición de clausuraras, es posible que los negocios sancionados reabran sus instalaciones luego de subsanar las anomalías detectadas y señaladas, además de cubrir multas económicas cuyos montos pueden ser de entre 25 mil y 65 mil pesos, según la gravedad de las infracciones en las que se haya incurrido.