Torreón, Coahuila.- El pasado 30 de mayo, Hilda del Refugio Arellano Reyes, originaria de Matamoros, comenzó con síntomas que indicaban un posible contagio de Covid-19. Desde entonces, la familia vivió un calvario por los daños del padecimiento, pero también por lo que señalan son negligencias médicas, lo que terminó con su vida la madrugada del 6 de junio, a la edad de 49 años.
Su hija, Liz Zúñiga, de 26 años, narró que primero la atendieron en la Clínica 83 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Módulo Especializado para esta contingencia, en donde le suministraron medicamentos. El día lunes 1 de junio se acudió a ese mismo lugar para que le practicaran la prueba, los resultados los entregaron el 4 y dio positivo.
“Al estar en revisión médica se detectó que su saturación de oxigeno ya no era regular, estaba descendiendo muy rápido, a lo cual se le dio pase para ser hospitalizada en la Clínica 18 del Hospital General de Zona del IMSS en Torreón”. La revisaron a las 12 del mediodía, le aplicaron una serie de estudios, pero según el reporte de los especialistas 'estaba bien'.
Señaló que la doctora la dio de alta a las 18:00 horas. “Dando indicaciones de seguir con el mismo medicamento y ser pacientes para ver la evolución del virus, dejando en claro que la paciente se encontraba estable y en condiciones favorables”.
“Mencionó que solo en caso de tener un síntoma agravante, regresáramos para que se le diera atención”.
Al día siguiente ya no tenía movilidad en el cuerpo y su fiebre era muy alta, marcando, incluso, 39.8 grados y teniendo un cuadro de deshidratación. Es por eso que llamaron al 911 para solicitar apoyo a la Cruz Roja y al IMSS Matamoros, el cual se les negó. “Nosotros tuvimos que hacer el traslado por méritos propios. En cuanto llegamos a la Clínica 18 se le dio atención y se le estableció, dándome informes de que se quedaría hospitalizada debido a que su oxigenación estaba muy baja”.
“Tuve la oportunidad de despedirme de mi mamá viéndola en todo momento consiente de lo que pasaba. Partimos a nuestra casa tranquilos confiando en que estaba en buenas manos”. Sin embargo a las 21 horas su papá recibió una llamada del hospital en la que les avisaron que su mamá estaba grave y se tenía que tomar la decisión de entubarla, debido a que ya no tenía suficiente oxígeno.
“Mi padre solicitó hablar con mi madre para que se procediera a la entubación. En todo momento de esta conversación mi mamá estuvo consiente. Alrededor de la 1:30 de la madrugada recibimos llamada en donde nos informaban que mi mamá había tenido un paro respiratorio y estaban en reanimación”.
Fue a las 1:40 de la madrugada cuando finalmente les comunican que la señora Hilda había fallecido. No obstante, tardaron nueve horas para entregar su cuerpo a la funeraria y en el certificado de defunción decía que tenía 48 horas con neumonía atípica y 12 horas con síndrome distress respiratorio agudo.
“Entonces nos preguntamos por qué el día jueves la dieron de alta diciendo que estaba estable. Solicito la sanción correspondiente de la doctora, ya que ella la dio de alta ese día”.
Liz Zúñiga reveló que al igual que su madre, su padre, su hermana y ella son positivos, pero ninguna autoridad ha acudido a su hogar para atenderlos y sanitizar.
“Nada devolverá la vida de mi madre, Dios se encargará de juzgar a todas estas personas ya mencionadas que no actuaron debidamente. Mi mamá fue guerrera y luchó mil batallas, siempre fuerte y valiente con el carisma y amor que la definían como persona. Vida nada te debo, vida estamos en paz”.
DATO
Murió la madrugada del 6 de junio a los 49 años.
¿Por qué la dieron de alta diciendo que estaba estable?
Liz Zúñiga
