La clínica del ISSSTE ubicada en la colonia Torreón Residencial que sufrió la caída de uno de sus cristales grandes colocado en la puerta de acceso y que provocó lesiones a unos de sus derechohabientes, ya requiere de que la delegación estatal Coahuila, no solo volteen a verlos, sino que se liberen los recursos necesarios para la reposición de los sistemas de aire acondicionado, reforzamiento de puertas y ventanas y nueva mobiliario para los poco más de 300 derechohabientes que se atienden diariamente, ya que muchos de ellos para aguardar sus tiempos de consulta, farmacia o laboratorio se la tienen que pasar parados o sentados en el piso.
Y es que si bien es cierto en el tema de abasto de medicamento registra un 92 por ciento en su capacidad de surtido a las recetas que se expiden de parte de los médicos, los tiempos de espera no son mayor a una hora en consulta y su edificio luce con una muy buena limpieza, si tienen múltiples necesidades que a la mejor no se ven a simple vista de parte de la ciudadanía que acompaña a los derechosos y que ya requieren de meterles mano.
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“La verdad es que en los aires estamos operando a solo un 40 por ciento de la capacidad, pues no han llegado los recursos de la delegación estatal Coahuila, para poderle meter mano a los demás aparatos y equipos”, dijo a El Sol de La Laguna uno de los responsables del área de mantenimiento.
En un rápido sondeo realizado en la planta baja donde se ubican los consultorios, farmacia y laboratorios, la mayoría de los derechohabientes coincidió que está mejor venir a esta clínica, que, a la ubicada en Donato Guerra y Allende, la cual aseguran se está cayendo sola y nadie hace nada.
“Aquí lo que nos hace falta son sillas o bancas para los tiempos de espera, pues hay muy pocas, además de que ahora que hizo mucho calor los aires no se daban abasto o de plano no funcionaban”, dijo otro de los derechohabientes a la espera de su medicina.
El personal de mantenimiento dijo que lo ocurrido hace unos días con ese cristal de la puerta, fue debido a que los tornillos que la sujetaban dieron de si, ya eran viejos y pues se tronaron con el fuerte movimiento que tuvo.
“Ya revisamos todos los demás para evitar otra situación de estas, pero la neta es que ya hace falta una buena mano a todo el edificio, faltan bancas, el mostrador de recepción esta de mírame y no me toques y que decir de los aires”, recalcó otro de los trabajadores.