Torreón, Coahuila.- Egresado de la Licenciatura y Maestría en Ciencias en Ingeniería Eléctrica del Tecnológico Nacional de México, Campus La Laguna, Víctor M. Moreno trabaja desde hace 15 años en NASA Jet Propulsion Laboratory, con 20 años de experiencia profesional en las áreas de eléctrica y sistemas de potencia de energía.
Desde una corta edad, Víctor Moreno obtuvo el gusto por el área de las ingenierías acompañando a su padre a trabajar en un taller de reparaciones eléctricas, “La segunda influencia significativa desde mi infancia fue, sin lugar a dudas, uno de mis tíos quién con el tiempo obtuvo su título de Ingeniero en Electricidad del Instituto Tecnológico de La Laguna. A la postre, mi tío también se convirtió en profesor en el Tec. De La Laguna, en ese tiempo, mi tío también estudio una Maestría en Ciencias en Ingeniería Eléctrica y, por supuesto, eso significó para mí que yo buscaría conseguir una Maestría en Ciencias en Ingeniería Eléctrica al igual que él” comentó.
En su paso por el Tecnológico formó parte del equipo de fútbol americano de los Gatos Negros del Tec. Laguna, cuyo lema decía “Buscaremos el camino, o lo haremos” mismo que lo ayudó a establecer las bases para proponerse metas a futuro sin importar los obstáculos.
Su interés en la industria aeroespacial se despertó gracias a su abuela materna, quién relata, tenía la actitud, cualidades y mentalidad para ser una ingeniera, fue en una ocasión que acudieron a una juguetería del centro de la ciudad, cuando su abuela tuvo a bien gastar más de lo que podía en un juguete que anhelaba Víctor; “Tal juguete era una estación espacial la cual, desde el momento que la vi, despertó en mi la ilusión de poder imaginar la realidad de poder ir al espacio y explorar otros planetas, que podría significar para mí y para los seres humanos en general”, recordó Víctor Moreno.
Su llegada al Jet PropulsionLaboratory se debió por conversaciones con otra egresada del Tecnológico, quién realizó estancias en el centro de la NASA, además de que el laboratorio, según sus palabras había iniciado el desarrollo de un proyecto de tales alcances científicos y técnicos que requería que la sonda que se construiría para esta misión estuviera propulsada por un sistema de generación a base de un alternador eléctrico.
La mayoría de los satélites y sondas espaciales utilizan sistemas eléctricos de corriente directa para operar, los cuales están basados típicamente en paneles solares y baterías. Esta sonda en particular (con una longitud cercana a un campo de fútbol), requería niveles de potencia tales que eran imprácticos de conseguir con un sistema de corriente directa.