El Cerro se queda sin sus Noas, planta en peligro de extinción

Intentan regresar a la noa a su hábitat natural

Miguel Ángel Campos Pacheco | El Sol de La Laguna

  · sábado 25 de noviembre de 2023

En la actualidad es prácticamente imposible encontrar una noa silvestre en el cerro que debe su nombre a esta planta. / Foto: Antonio Meléndez | El Sol de La Laguna

Siempre que las autoridades competentes en materia ambiental así lo permitan, el próximo año se podría realizar un nuevo intento por retornar al Cerro de las Noas la planta a la que debe su nombre, misma que está clasificada como una especie en peligro de extinción.

Una propuesta a favor de ello es actualmente promovida por la dirección del parque ecológico Puerto Noas, a cargo de Verónica Soto Díaz, quien comenta que la intención es comenzar por plantar en puntos muy específicos en lo alto del cerro, 70 de estas plantas, las cuales espera puedan ser facilitadas en comodato por la empresa minero-metalúrgica Industrias Peñoles.

Soto Díaz dio a conocer que la petición correspondiente se hizo ya ante las autoridades, así como a Peñoles que, como parte de las actividades que desarrolla en su vivero de Torreón, certificado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como Unidad de Manejo Ambiental (UMA), trabaja en la reproducción y protección de diferentes especies que están en riesgo de extinguirse, entre estas la noa.

Refiere que es muy lamentable que en la actualidad no se puedan encontrar noas silvestres en ninguna parte del emblemático cerro, ni en la serranía cercana.

En el vivero de Peñoles opera un programa de reproducción y protección de la noa y otras plantas en peligro de extinción. / Foto: Antonio Meléndez | El Sol de La Laguna

Por su parte, Silvia Landeros Hernández, gerente de Medios y Comunicación Externa para Industrias Peñoles, asegura que la empresa estará siempre en la mejor intención de respaldar este tipo de esfuerzos, en el entendido de que para realizar un procedimiento como el que se plantea se requiere necesariamente de la aprobación de la Semarnat.

Explica que esta institución federal es la encargada de autorizar y supervisar en casos como este un proyecto específico, luego de que se hayan dado todas las condiciones propicias para garantizar que los trabajos que se realicen habrán de cumplir realmente con el objetivo establecido en la planeación.

Con la autorización de la Semarnat Peñoles trabaja en su vivero en la reproducción y protección de la noa. / Foto: Antonio Meléndez | El Sol de La Laguna

Hace notar que se tiene conocimiento de que en el pasado ya se han hecho al menos un par de intentos de repoblar parte de la sierra de las noas con la distintiva planta, sin embargo, terminaron por fracasar debido a distintos factores adversos que no se previeron.

Landeros Hernández puntualiza que el permiso extendido por la Semarnat con el que cuenta Peñoles en su vivero, le permite trabajar en un programa permanente de reproducción y protección de varias especies de cactáceas y algunos agaves en peligro de extinción, como es el caso de la noa, pero no puede distribuir este tipo de plantas bajo ningún esquema, a menos que sea en comodato y bajo un proyecto aprobado y supervisado por especialistas de la propia institución.

Se entiende en ese sentido que la Secretaría seguramente no autorizará ninguna propuesta que no esté respaldada por una serie de condiciones favorables que deben cumplirse para su realización, como contar con una buena cantidad de noas, elegir el tiempo adecuado para su plantación, definir bien la forma o tipo de procedimientos que se aplicará en la misma y, sobre todo, los cuidados que deben darse en lo sucesivo y de manera sostenida a fin de garantizar que las noas tengan posibilidades reales de sobrevivir.

Aun cuando hay quienes creen que se trata de una cactácea, la noa es precisamente un agave identificado con el nombre científico de victoriae-reginae, y se trata de una planta suculenta apreciada por coleccionistas y viveristas que es endémica del norte de México.

Su hábitat es la Sierra Madre Oriental en los estados de Nuevo León, Coahuila y Durango, es conocida sobre todo en la Comarca Lagunera y especialmente al sur de la ciudad de Torreón, donde en el pasado su presencia era muy notoria.