Torreón, Coahuila.- Ante la situación sociopolítica que ha vivido la hermana República de Cuba y, hoy en día a consecuencia de la emergencia sanitaria que ha devastado a todo el mundo, la academia observa con ojos críticos lo que ocurre en este país, sobre todo porque se conoce el contexto del régimen socialista que ha imperado a lo largo de décadas.
Oscar Salazar Padilla, catedrático de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) en la Universidad Autónoma de Coahuila, (UAdeC), del área de Sociología, compartió que se trata de una situación delicada que finalmente siempre generará opiniones en el resto del mundo porque altera ola relaciones bilaterales.
“Asimismo, el sector de la alimentación ha sido otro de los damnificados. El Ministerio de Agricultura cubano calcula que las afectaciones a la agricultura ascienden a 592 millones de dólares que se reparten en todos los ámbitos de la alimentación, desde las dificultades para obtener semillas de hortalizas hasta la escasez de piensos para la manutención del ganado de granjas. A estos sectores les sigue el del transporte, en el cual las pérdidas económicas suman los 520 millones de dólares debido, entre otros motivos, a “la prohibición de acceder a los puertos de los EE.UU. y a los armadores internacionales en cuyos buques navegan tripulantes cubanos”.
“Todos estos datos nos permiten deducir que después de tantos años de bloqueo y aislamiento es una consecuencia lógica que el pueblo cansado de tanta pobreza extrema y ante la imposibilidad del gobierno de accesar a los lujos y privilegios del mercado de consumo capitalista, se haya llegado a una situación de hartazgo que obliga a la gente a salir a la calle para desestabilizar el anacrónico régimen socialista”.
El catedrático de origen colombiano, quien ha hecho ya trayectoria en la UAdeC, publicó su más reciente artículo titulado “Protestas en Cuba”, hizo una remembranza de la historia y de el árbol genealógico de esta crisis en la Isla.
“La revolución cubana significó desde su inicio un cambio radical en las relaciones de producción y de propiedad, por eso inevitablemente desembocó en un conflicto frontal con el gobierno estadunidense y en un acercamiento al campo socialista”.
“Antes de la revolución la economía cubana había perdido el dinamismo que la caracterizó a lo largo de la primera mitad del siglo XX, después de ser la última colonia española en América Latina en lograr la independencia en 1902. Sin embargo, había alcanzado los mayores niveles de desarrollo en el continente latinoamericano, aun evidenciando profundos desequilibrios internos. Según Carmelo Mesa, en la década de 1950 la economía cubana tenía:
una tasa de crecimiento económico reducida que beneficiaba especialmente al capital y la fuerza laboral empleada y sindicalizada; un sector azucarero básicamente estancado y un sector no-azucarero creciente pero insuficiente para generar crecimiento económico vigoroso; alto desempleo que se agudizaba después de la cosecha azucarera; notable brecha en los indicadores socioeconómicos entre las zonas urbanas y rurales; y fuerte dependencia en la exportación del azúcar, así como en la relación económico-comercial con los Estados Unidos”, indicó.