Haga frío o calor, a los laguneros siempre se les antojará un buen elote y es un alimento rico, nutritivo y tradicional en la región, típico además en las plazas y sitios públicos en los que las familias o parejas acostumbran pasear en la ciudad de Torreón.
En la Alameda Zaragoza es donde se concentra una mayor cantidad de puestos que venden elotes y cada uno de ellos cuenta ya con su clientela; son alrededor de 18 puestos en total y aunque hay bastante competencia, todos tienen buenas ventas cada día, ya que se instalan de lunes a domingo por las tardes y noches, pero los días en que más gente se concentra son los de fin de semana.
Tan solo sobre la calle Donato Guerra que es donde se ubica doña Silvia, hay 12 eloteros aparte de ella; a pesar de ello ha permanecido ahí por más de 34 años en la Alameda con su puesto, se colocan diariamente sobre la calle Donato Guerra frente a la heladería; es el negocio familiar y el que ha sido sustento por todos estos años, además de volverse tradición ya que uno de sus hijos decidió también emprender con un carrito de elotes en el mismo paseo público.
Ella y su esposo comenzaron por medio de un sindicato en el año 1991 cuando les otorgaron los permisos y se dedicaron a trabajar al igual que varios compañeros; incluso algunos de ellos siguen al pie del cañón al igual que doña Silvia.
El matrimonio tenía un hijo de apenas 3 meses y se interesaron por comenzar este negocio que hasta el momento ha sido lo que les ha ayudado a salir adelante, brindarle lo mejor a su hijo y lograr el sustento familiar durante todo estos años. Ese bebé es quien ahora cuenta también con un puesto propio de elotes en el mismo sector.
“Es un negocio muy noble porque de aquí ha salido y sale siempre para todo; se pagaron las escuelas de mis hijos, siempre les hemos podido dar todo gracias a Dios”, comentaron.
Desde que iniciaron de manera experimental con este negocio se dieron cuenta que iba ser próspero y que debían continuar; a pesar de las dificultades que se pueden enfrentar por temporadas, ha sido viable seguir adelante en todo momento; han crecido como negocio y como familia y con la preferencia de la gente que también ya los conoce y los recomienda, pueden sobrellevar los momentos de crisis.
Además la venta de este tradicional alimento resulta muy fácil porque no necesita promoción, ni temporada en especial y es un producto que se encuentra dentro del gusto de la mayoría de los ciudadanos, por ello todos los eloteros de la Alameda pueden gozar de buenas ventas y popularidad.
“Realmente la demanda no cambia con la temporada del año; en tiempo de frío la gente viene solo a comprar el elote y se va porque se antoja más el elote; en tiempo de calor sale solo por no estar encerrado y refrescarse un poco e igual te compran el elote, o sea es lo mismo siempre se vende bastante gracias a Dios”, explicó.
Cuando sí se genera un incremento considerable en las ventas y obtienen mejores resultados la mayoría de los eloteros es en períodos vacacionales, ya sea de Semana Santa, verano o en diciembre.
Reiteró que al ser un negocio muy noble y de alta demanda, no suelen tener complicaciones como caída de ventas cuando hay aumento en los insumos; hace unos meses el elote sufrió un alza del 100 por ciento en su precio y asegura doña Silvia, que nunca antes se había presentado una situación similar.
En otras ocasiones aumentaba un peso o algo significativo, pero hubo un momento en el año 2023 que aumentó hasta el doble, lo que provocó también que ellos tuvieran que subir el costo de sus productos.
Actualmente los costos varían de puesto a puesto, pero con doña Silvia se pueden encontrar vasitos de elote desde los 35 pesos, 45, 50, hasta los 60 y 70; los Tostitos preparados al igual que los tradicionales Nachos se venden en 70 pesos.
Sin embargo, al ser un negocio tan popular entre la gente de la Comarca Lagunera, los vendedores no se enfrentaron a una caída en las ventas y se mantuvieron a flote gracias a la preferencia de sus clientes y a la demanda constante de los elotes y otros productos preparados con este alimento.
A pesar de que hay muchos eloteros en la Alameda Zaragoza, todos venden y como dice Silvia, el sol sale para todos. "Además somos una familia todos aquí; estamos más aquí que en nuestra casa, todos los días estamos aquí vendiendo así que nos llevamos bien y hay cordialidad y apoyo".