Si bien puede resultar exagerado decir que Torreón y la Comarca Lagunera en general han sido alcanzados por una crisis propiciada por los desatinos y la muy larga curva de aprendizaje por la que ha atravesado el actual gobierno federal, no se puede negar que esta región del país no ha quedado al margen de un gran estancamiento o desaceleración en lo que a desarrollo económico se refiere, derivado esto, entre otras cosas, de la aplicación de políticas equivocadas y de que la inversión pública para obras de infraestructura prácticamente ha brillado por su ausencia.
En tales apreciaciones coinciden en lo general los dirigentes de algunas de las cámaras empresariales con mayor representatividad en la región, quienes lo que ahora esperan es que lo que resta del año concluya ya sin novedades de trascendencia que modifiquen el devenir de un 2019 que ha sido de regular a malo, y demandan a las autoridades federales que desde el inicio del 2020 se decidan a inyectar el dinamismo que el país exige y necesita a favor de su desarrollo.
UN FRENO
Para el presidente en Torreón de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Luis Cuerda Serna, es indudable que en el transcurso del presente año se ha hecho muy evidente un freno en el desarrollo que aunque no ha alcanzado niveles de crisis sí resulta sumamente preocupante.
En su opinión, el 2019 quedará como un año difícil en el que si las cosas no resultaron peores para La Laguna fue gracias a que Coahuila ha logrado mantener un dinamismo propio que ha logrado continuar con la atracción de inversiones generadoras de desarrollo, como las que se anunciaron en el transcurso de los dos meses para Torreón, donde la llegada de tres empresas se traducirá en la creación de cerca de cinco mil 500 nuevos puestos de trabajos.
El dirigente del comercio organizado cree que las cosas serían ahora muy distintas si la curva de aprendizaje de las nuevas autoridades federales, que tendría que haber sido de tres o cuatro meses, no ese hubiera prolongado tanto.
Desafortunadamente, agrega, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió un desaseo en las finanzas públicas y decidió tomar las cosas con mucha cautela, retrasó la toma de muchas decisiones, equivocó en otras y, sobre todo, dejó de aplicar los recursos con los que se podría haber estimulado el desarrollo, situación que ahora debe dejarse atrás y ver de cara al 2020 con el optimismo de que ahora sí se le inyectará al país el dinamismo que en definitiva le faltó durante el 2019.
Cuerda Serna consideró desafortunado ni siquiera se tuvo conocimiento, al menos no en el ámbito regional, de que en los hechos se aplicaran los 400 mil millones de pesos de inversión pública que se supone se invertirían para incentivar la economía nacional, incluso para contratar obras cuya ejecución habría de programarse el año próximo.
UN AÑO, DEMASIADO
Por su parte, el presidente local de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y vocero del Grupo Empresarial de La Laguna (GEL), Carlos Braña Muñoz, refiere que un año de aprendizaje para un nuevo gobierno es mucho para un país, pues se trata de un tiempo en el que la ciudadanía esperaba ver resultados y no la situación de estancamiento que ha prevalecido hasta ahora.
Reconoce que en este caso hablar de crisis no sería objetivo, pero lo que si es cierto es que el país y la región no han crecido a un ritmo normal o aceptable, situación en la que la peor parte le ha tocado enfrentarla a la industria de la construcción, que sin duda resultó ser el sector más golpeado por la falta de inversión federal en obras de infraestructura.
Braña Muñoz plantea que para lo que resta del 2019 el panorama no es nada halagador, así que no queda esperar nada extraordinario para cerrar un año complicado. En todo caso, dijo, se debe conceder el beneficio de la duda a las autoridades a favor de que el tiempo transcurrido en el estancamiento haya valido la pena y les haya servido para que en el 2020 se tomen las decisiones adecuadas para ahora sí hacer reaccionar a la economía de manera favorable.
El vocero del GEL tiene claro que López Obrador debe haber entendido que fue un error, seguramente en el afán de hacer las cosas bien, aplicar el criterio de “borrón y cuenta nueva”, al aplicar medidas drásticas de manera generalizada, como al eliminar instituciones, desaparecer programas y reducir el gasto, cuando que lo mejor hubiera sido actuar para afectar o corregir sólo áreas específicas, aquellas en las que se hubieran detectado vicios o malos manejos.
La ciudadanía esperaba ver resultados y no la situación de estancamiento que ha prevalecido hasta ahora
Carlos Braña Muñoz, vocero del Grupo Empresarial de La Laguna
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SALDO NEGATIVO
Otra de las opiniones sobre cómo han impactado a nivel local las decisiones que ha tomado el nuevo gobierno federal, la compartió el presidente en La Laguna de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) Laguna, Fernando Menéndez Cuéllar, para quien afortunadamente esta región no se ha visto tan afectada como otras en las que más que estancamiento ha habido un saldo negativo en lo que a crecimiento económico se refiere.
Con todo y que cree que la Comarca Lagunera no se encuentra precisamente en crisis, hace notar que la industria de la construcción si atraviesa aquí por una de sus etapas más difíciles debido a la falta de inversión pública en obras, mientras que otros sectores de la economía siguen sin poder crecer como quisieran, de manera que el saldo es negativo.
Menéndez Cuéllar destaca que la aspiración de todos es que el próximo año la situación mejore drásticamente, a favor de lo cual la COPARMEX espera que el gobierno sea capaz de diseñar y aplicar políticas públicas adecuadas, impulsar regulaciones orientadas a estimular e impulsar las inversiones privadas y que, de manera decidida, se liberen los recursos que hasta ahora tanto se han escatimado en materia de gasto público.
Finalmente, coincidió con Braña Muñoz en que fue una equivocación que el actual gobierno llegara a “tumbar todo para empezar de cero”, en lugar de haber procurado corregir sólo lo que estuviera mal en el ejercicio del presupuesto y en la operación de las instituciones y programas, ya que eso implicó que tuviera que atravesar por una curva de aprendizaje muy larga y que mucho le ha costado a los mexicanos.