La familia propietaria del puesto de gorditas que fue arrollado por un taxista el pasado lunes, se ha ausentado de su vivienda en la calle Azucena; con una cadena y un candado se encontraba cerrada la puerta de la casa amarilla en cuya cochera solo había rastros de la tragedia del día anterior.
Comerciantes de la zona señalaron desconocer la situación actual de las personas afectadas, pero lamentan que esta mañana de martes ya no acudieron a montar el puesto que desde hace más de un año tenían en la colonia La Dalia y que se colocaba a las afueras de la escuela primaria de ese sector.
Por su parte, vecinos de la familia comentaron que desde el día lunes la casa luce sola y es que la dueña del negocio y sus hijas permanecen en el Hospital General de la ciudad de Torreón, incluso, informaron que ella es quien más afectada se encuentra y que su salud está en riesgo.
El jefe de familia se encuentra en el hospital al tanto de la evolución de sus esposa e hijas; estas últimas trabajaban con ellos también atendiendo por lo que resultaron lesionadas al impactarse el taxi, cuyo conductor se encontraba en estado de ebriedad.
Los vecinos de la familia Vargas Hernández, señalaron no tener noticias certeras sobre la evolución de las lesiones de los afectados, pero sí están enterados de que la situación de la madre es grave.
También el vecino de la vivienda que se encuentra al lado, comentó que tuvieron conocimiento de que los familiares ya habían acudido desde el día de ayer a presentar la denuncia ante las autoridades correspondientes, a fin de obtener justicia no sólo por las afectaciones de los lesionados, que sin duda es lo que consideran más importante, sino también por los daños materiales ocasionados.
Esto debido a que el puesto que era parte de su patrimonio y fundamental para el sostén de estas personas; afuera de la casa estaba todo el mobiliario con el que diario trabajaban, las mesas rotas, el toldo averiado, sillas dobladas, al igual que la plancha y parrilla en la que se calentaban las gorditas.
En el lugar de los hechos se encuentran aún pedazos de algunas piezas del taxi que los arrolló, la banca y techo del parador de autobús dañado por la fuerza con la que el vehículo se impactó.
El área permanece acordonada y en los alrededores se siente incertidumbre por parte de los habitantes de Las Dalias y tristeza al ver el lugar; esta mañana de martes nadie pudo acudir a comprar gorditas y muchos niños de la primaria tuvieron que optar por otra opción para comer en el recreo.