Torreón, Coahuila.- Los servicios funerarios con motivo de la pandemia también han cambiado todo su protocolo de atención para las familias que requieren de algún servicio, al grado de que ya no existen las velaciones y de que la cremación se ha incrementando en forma considerable al grado que de cada 10 servicios 7 son cremados, cuando anteriormente esta petición era mínima. "Los costos van desde los 8 hasta los 29 mil pesos", confirma la propietaria de la Funeraria Flores, Doña Juanita Flores, quien cuenta con 32 años con su negocio.
Las cosas han cambiado mucho, las capillas de velación ya no se utilizan desde hace meses, el trabajo se concreta en recoger un cuerpo, resguardarlo y llevarlo a su cristiana sepultura si es el caso o bien a llevar el proceso de cremación para posteriormente entregar las cenizas a sus familias.
"Los costos de un funeral no se han incrementando, siguen siendo los mismos, y van de acuerdo a la calidad del ataúd que los familiares del difunto dispongan", expresó Juanita de Flores.
"Para atender un servicio funerario los familiares traen consigo el acta de defunción, pagan el servicio que desean y ya nosotros nos encargamos del resto, es un proceso que no tarda mucho, pues son horas y hoy en día con el tema de la pandemia a todos se les da el mismo trato, pues no hay preparación de cuerpos, se sella ataúd y se traslada a panteón designado a darle cristiana sepultura", explicó.
Las pandemias marcan cambios rotundos en la cotidianidad de la sociedad, paradójicamente la historia nos sigue demostrando que estas ocurren de manera continua y como sociedad aún no logramos aprender a prepararnos para ello. Son las pandemias las que evidencian las crisis sociales, políticas y económicas y es en estos tiempos en los que se ponen en entredicho principios, valores, tradiciones y derechos.
"Las disposiciones oficiales para el manejo de cadáveres demarcan las pautas necesarias para evitar que la curva de contagio siga elevándose, y en función de ello sugiere medidas sanitarias estrictas que pueden llegar a trasgredir los usos y costumbres de la tradición mexicana como la recomendación de velaciones con no más de 20 personas y con una duración de solo 4 horas, la imposibilidad de apertura del féretro (e incluso el uso de plástico protector para evitar la proliferación del virus), la firme sugerencia de cremación, entre otras. Por ahora quedan de lado las ceremonias de cuerpo presente, las reuniones para novenarios y el cumplimiento de deseos finales como la presencia de músicos o la preparación de platillos", destacó.