Torreón, Coahuila. - Aún existen personas buenas, honestas y honradas, y el taxista lagunero Héctor Hernández Emiliano es prueba de ello.
El pasado miércoles, una pasajera olvidó su celular iPhone en su unidad y, sin pensarlo, regresó al domicilio donde la había dejado para devolverlo.
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El trabajador del volante es originario de Matamoros, Coahuila, y lleva tres años dedicándose a esta profesión.
"Ese día recibí una llamada para hacer un viaje de Torreón a Matamoros, iba una señora con su sobrino, los dejé y al regresar me percaté que estaba en el asiento de atrás. Lo único que pensé fue en regresarme para entregarlo".
"Ya estaba a media cuadra del domicilio cuando me marcaron a mí teléfono, para decirme que se les olvidó, pero les comenté que ya iba llegando. Lo regresé, se quedaron muy contentos, por lo que hice de no quedarme con el y me agradecieron".
Bien pudo el taxista hacer como que nunca lo vio y sacar provecho del móvil, pues es una de las marcas más caras en el mercado, pero no fue así. El más barato cuesta más de 10 mil pesos.
"Se siente bien bonito entregar las cosas, estoy muy agradecido con Dios y con mis padres que me enseñaron a ser así, honesto".
No obstante, enfatizó que pertenece a una organización de taxistas denominada ´Rápidos y furiosos´, cuyo lema es "no quedarse con las cosas que dejan los clientes".
Cabe mencionar que una familiar de la pasajera también reconoció los buenos valores de Emiliano y publicó lo siguiente en Facebook:
"Quisiera agradecer enormemente al señor Héctor Emiliano Hernández por su honestidad y honradez, ya que se le olvidó el celular iPhone a mi tía en su taxi, al darnos cuenta, marcamos, el señor contesta y dice que ya viene en la esquina de regreso al lugar donde nos dejó a entregarlo. Él es del grupo de taxis ´Rápidos y furiosos. Muchas gracias señor Héctor".
"Así que, si lo ven con confianza tome viaje con él, tristemente no todos son así... felicidades".
Héctor tiene 40 años de edad y tres hijos, Héctor Alejandro, Kevin Fernando y Evelyn Lizbeth, de 18, 17 y 15 años de edad, respectivamente.
"A quienes les digo que no se les olvide lo que les hemos enseñado sus papás y abuelos Manuel y Tomasita".