Torreón, Coahuila.- La afluencia de los fieles católicos se ha recuperado gradualmente y en la actualidad es ya de entre un 80 y un 90 por ciento en las iglesias de la Diócesis de Torreón en los que, mientras tanto, se mantienen vigentes una serie de medidas orientadas a la prevención de riesgos sanitarios relacionados con la pandemia por Covid-19.
El que se haya incrementado la presencia de personas en las misas obedece a que respecto al aforo permitido ya no existen las limitaciones que anteriormente establecieron las autoridades civiles y eclesiásticas, y ahora todo parece avanzar hacia la normalización debido a lo mucho que ha bajado la incidencia de contagios, de acuerdo con lo informado por el obispo de Torreón, Luis Martín Barraza Beltrán, quien por otra parte recordó que en los tiempos más difíciles de la pandemia perdieron la vida cinco de los alrededor de 100 sacerdotes con los que cuenta el presbiterio diocesano.
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Detalló que entre los presbíteros torreonenses que se sumaron a las víctimas mortales del Covid-19 se incluye uno que se encontraba brindando su servicio ministerial en los Estados Unidos, concretamente en Nuevo México.
Respecto a las medidas sanitarias que prevalecen en los templos durante las celebraciones eucarísticas, monseñor Barraza Beltrán comentó que además de que se continúa exigiendo el uso obligatorio del cubrebocas por ser los templos espacios cerrados, el sacramento de la comunión se brinda a los feligreses en la mano, y la señal de la paz la comparte la gente evitando el contacto físico, con una señal de reverencia.
Dijo que estas disposiciones sin ningún problema se mantendrán en práctica hasta que las autoridades competentes lo determinen, cuando se considere que en relación con la pandemia ya no deba haber ningún temor. En tanto, “nosotros seguiremos contribuyendo desde la fe en la iglesia, apoyando todas estas iniciativas que cuidan la vida y la salud”.
Específicamente en relación con la forma actual en la que se realiza la comunión en cada misa, para eliminarla y regresar a lo habitual, lo que se espera es la orden de la Conferencia del Episcopado Mexicano, luego de que se consideró pertinente evitar algo que pudiera tener que ver con una causa directa de la transmisión del virus causante de la enfermedad.