Por: Armando Cobián Lafont
Torreón, Coahuila. - El presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, Rodolfo Silva Esparza y el vocero del Grupo Empresarial de La Laguna, José Ramón Mata Bolívar aseguraron que el IMSS está en terapia intensiva, ante la falta de los recursos necesarios que le permita brindar una atención de calidad a millones de trabajadores derechohabientes, quienes cumplen con sus cuotas, al igual que lo hacen los patrones. Piden que se audite todo el tema administrativo y que el gobierno federal saque las manos de su operación, pues pareciera ser el principal obstáculo para su crecimiento y poder salir de la quiebra en que se encuentra.
“La situación en clínicas y hospitales cada día se torna más caótica, la escases de medicamento, la tardanza de la consulta, lo prolongado de las fechas para estudios o análisis, la falta de camas y la carencia de personal en algunas áreas son el común denominador y la queja constante del derechohabiente”, reiteró Silva Esparza.
El IMSS no puede estar en quiebra por culpa de los trabajadores o de los patrones, pues el que no paga no recibe atención o hasta te congelan tus cuentas de banco, reitera el dirigente de la CMIC en Torreón, José Ramón Mata Bolívar, quien asegura que los malos manejos y el exceso de corrupción para los procesos de licitación de todos sus insumos tienen un hoyo a la institución.
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Los dirigentes de los organismos empresariales coincidieron en señalar que lo ocurrido en el área de farmacia del IMSS Torreón, merece un castigo ejemplar, pues estamos hablando que robaron millones y millones de pesos al instituto y hasta el momento no se ha dicho nada, ni se ha castigado a nadie y mucho se les ha separado de sus puestos, en pocas palabras se le echo tierrita al asunto.
La renuncia y carta del ex director nacional del IMSS, no solo preocupa, sino que pone al descubierto que la Secretaría de Hacienda tiene metidas las manos en esta institución.
DATOS
Los datos más contundentes son el número de médicos familiares y enfermeras, pues ambos reflejan un claro declive en los últimos cinco años. Entre 2012 y 2017, el indicador de número de camas censables por 1,000 derechohabientes adscritos sufrió una caída de 8,6% y ello derivó en que el IMSS no lograra el indicador de una cama por cada 1000 derechohabientes. Si el indicador era de 0,82 camas por cada 1000, de por sí insuficiente, bajó a 0,69 camas por cada 1.000.
Otro dato revelador, es que el número de consultas de medicina familiar por cada 1,000 derechohabientes adscritos a médico familiar se redujo en dos dígitos porcentuales. Pasó de 2.115 a 1.751 consultas en los últimos cinco años.
Un dato más está en el abasto de insumos: en el transcurso del sexenio el gasto en materiales y suministros, cuyo principal componente es el gasto en medicamentos y material de curación, se redujo también. La baja en términos reales de 1,7%, aunque aparentemente menor, debió haber sido más notoria para los derechohabientes dado que fue mayor el número de población demandante.