Torreón, Coahuila.- Para el historiador y responsable del Archivo Municipal, Carlos Castañón Cuadros, la cultura de la cremación en Torreón específicamente, se ha arraigado en los laguneros desde hace poco más de 15 años a la fecha, ya que tradicionalmente, por costumbre o una cuestión religiosa, lo más común es que se sepulten a los muertos, pero de dicho tiempo a la fecha, la influencia de otros países a impactado en este sentido en la cultura mexicana y se ha adoptado esta práctica hasta para ahorrar dinero y tiempo.
Si bien, en la cultura mexicana lo tradicional es sepultar a quienes ya han fallecido, también es cierto que de unos años a la fecha, se ha ido incrustando esta cultura de la cremación, de la cual de acuerdo a las empresas privadas que se dedican a prestar este servicio requiere de todo un proceso del cual es importante puntualizar ciertos rasgos.
Un aspecto importante a considerar, según lo que informó Castañón Cuadros, es que los cementerios posiblemente comienzan a superar su capacidad, es por ello que esta cultura de la cremación se ha ido también asentando cada vez más en nuestra sociedad.
Al respecto y en cuestión, una de las empresas con mayor capacidad para el Mausoleo y cremaciones, dio a conocer que este servicio que brindan, se puede entender de diversos ángulos de acuerdo a las personas que lo solicitan, pero que existen lineamientos que seguir para que exista credibilidad y sobre todo seriedad en el servicio.
Uno de los primeros pasos es la verificación del finado, es verificar que el cuerpo coincide con los datos del fallecido, un paso clave y que es muy estricto. La funeraria tiene un formulario y una base de datos donde se recogen: Datos declarante, datos del fallecido, modelo de féretro que ha elegido la familia, cómo irá amortajado el cuerpo.
Uno de los detalles a considerar también que se informa a los familiares sobre los enseres y joyas que tiene el difunto. Podrán elegir, mediante documento firmado, si quieren recuperarlos o incluirlos en la incineración. En este momento la familia puede reconocer visualmente al ser querido para la confirmación de la identidad. Es opcional pero el 80% de las familias realizan este paso.
Esta demarcación funeraria que tiene un amplio catálogo de servicios en el tema, dio a conocer que si bien en este período por el Covid-19 ha habido servicios privados, hasta el momento no se ha incrementado el porcentaje de servicios a causa o por el motivo del virus.
Respecto al listado de pasos a seguir para el proceso, destacaron lo siguiente: Una vez el féretro ha salido de la capilla y se encuentra en la sala del horno crematorio, el ataúd se coloca en un introductor; una máquina elevadora que lo introduce en el horno, retira la camilla y cierra la puerta del horno.
El horno crematorio arranca, alcanzando una temperatura en la cámara de 750-850º que se mantiene durante 2 horas, el tiempo que dura el proceso.
Posteriormente se procede al enfriamiento de las cenizas en un cazo industrial durante unos 30 minutos.
Tras el enfriamiento, las cenizas se pasan a un segundo cazo donde se realiza el proceso de cremulación mediante el que se machacan las cenizas con unas bolas de acero durante 10 minutos para homogeneizar y desmigar las cenizas.
Por último, se vierten las cenizas en la urna elegida por la familia. Esta urna, tal y como establece la legislación vigente, debe entregarse cerrada e identificada con el nombre del difunto.
Junta con la urna, se hará entrega a la familia de un certificado de cremación – una especie de DNI de las cenizas – que se recomienda guardar en caso de que los familiares opten por conservar la urna con las cenizas.
Dato:
Si bien, la cultura de la cremación no la acostumbra el 100 por ciento de la población, si es una práctica que ha ido en aumento con el paso de los años