Torreón, Coahuila. - La Iglesia La Luz del Mundo, dentro de su programa de apoyo fraternal y responsabilidad planetaria, alerta a la población sobre la importancia de cuidar la obra de Dios manifestada en los recursos naturales, al tiempo de compartir con las personas necesitadas y que padecen hambre, pues es una muestra de cristianismo y humanismo con sensibilidad social.
En el estado de Coahuila, son directrices que se siguen llevando al pie de la letra, ya que durante y antes de que apareciera la pandemia por el Covid-19, esta congregación evangélica ha pregonado la caridad y el amor al prójimo no solamente a través de la instrucción cristiana, sino a través de campañas de apoyo a los más necesitados.
Juan Carranza, pastor evangélico de la LLDM en esta región y responsable del distrito 46, dijo que esto se lleva a cabo ya que el pasado 29 de septiembre, en el que las Naciones Unidas celebran el Día de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, la Iglesia La Luz del Mundo, también se une a esta conmemoración, sobre todo en la práctica.
La ONU alerta que cada año, 1.300 millones de toneladas de alimentos van a parar a la basura. Mientras, 1 de cada 9 personas pasa hambre todos los días.
“El organismo ve con preocupación el desafío de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos durante el Covid-19. Este año la primera celebración del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos se produce durante la pandemia mundial de Covid-19, la cual ha provocado un despertar mundial sobre la necesidad de transformar y reequilibrar la forma en que se producen y consumen nuestros alimentos”.
Cabe recordar que en su temática de este año, la ONU promueve: "Detén la pérdida y el desperdicio de alimentos. Por la gente. Por el planeta". A propósito, las santas escrituras señalan que el Señor Jesucristo bendijo unos pocos panes y peces, que fueron multiplicados para alimentar a miles de personas con hambre. Con todo y la abundancia, sus discípulos recogieron 12 cestas llenas de toda aquella bendición que Dios había provisto. Es así que los integrantes de la Iglesia La Luz del Mundo, bajo la enseñanza del Apóstol Naasón Joaquín García, manifiestan que todo lo que Dios creó es bueno y nada es de desecharse, tampoco para un desperdicio, porque en todo el mundo, hay personas con necesidad y siempre hay alguien a quien se puede compartir un alimento.