Libros y Revistas Arturo: La librería lagunera que resiste a la era digital

Fue fundada hace 60 años por Don Arturo y su esposa, quienes vendían revistas en la calle Juárez

Claudia Landeros / El Sol de La Laguna

  · viernes 3 de mayo de 2024

Vender libros y revistas es una tradición familiar que este negocio tiene desde hace más de 60 años en Torreón. / Foto: Roberto Rodríguez / El Sol de La Laguna

En el sector más antiguo de Torreón y donde inició el auge comercial, se encuentra todavía Libros y Revistas Arturo, un negocio familiar que ha permanecido en el poniente de la ciudad e inició hace 60 años por la Juárez y con solo unas revistas sobre la misma calle.

Martha Frayre es la actual dueña y es hija de los fundadores; tiene un local sobre la avenida Morelos, entre Ramos Arizpe y Múzquiz, el cual abrió su hermano hace 35 años para dar continuidad al negocio que habían establecido sus padres.

Don Arturo fue uno de los pioneros que empezó con la venta de revistas en esta zona, luego vinieron los libros; era de los pocos que vendía por mayoreo para que, a su vez, otras personas hicieran negocio revendiendo.

Los que más acudían eran niños y adolescentes que luego iban a la central camionera y la estación del ferrocarril a revenderlas a los viajeros; era una época en la que había mucho movimiento en esa zona con los trenes y autobuses, así como un gran auge comercial en esa área de Torreón donde empezaba a potencializarse y crecer la ciudad.

Una tradición que despertó su interés

“Mi mamá era la que me platicaba todo eso, ella ponía sus revistas en la calle y ahí las vendía, luego mis papás empezaron con un tabarete y había mucha venta porque venían muchos muchachitos y se llevaban un montón de revistas para revenderlas en los trenes o en la central camionera, diario lo hacían y si se vendía mucho”, recuerda Martha.

Ahora esos niños vienen ya siendo mayores y le platican muchas cosas, anécdotas de aquellos tiempos, del negocio y de mis papás y todo eso para mí es muy bonito y valioso”.

Pero este negocio no solo es tradición para la familia, también para los clientes; por generaciones han transmitido esa costumbre de acudir a comprar libros y revistas y su gusto por la lectura.

Martha continuó con el legado que su padre, don Arturo, inició con un pequeño puesto de revistas. / Foto: Roberto Rodríguez / El Sol de La Laguna

A este local han acudido los abuelos, padres, hijos, nietos y van enseñando a la familia el amor por la lectura y los pasatiempos. Tiene clientes que acudían desde muy niños o jovencitos a comprarle a su papá y que todavía lo recuerdan muy bien.

“Tengo clientes de hace 60 años que me dicen que venían desde que estaba mi papá en el otro negocio y luego ya vienen con sus hijos o sus nietos; esas personas son clientes que nunca se van, siguen viniendo con frecuencia a llevarse algunas revistas o libros porque tienen ese hábito, pero también lo ven como una tradición y es lo que a mí me hizo desde hace muchos años interesarme en el negocio”.

Actualizarse o morir

Sin embargo, para poder continuar en el gusto del público y competir con el mercado actual, Martha ha tenido que seguir buscando novedades y tratar de ofrecer mejores precios, principalmente en el caso de los libros, porque así, al traer novedades puede venderlos a un costo menor que en las librerías.

Pero también la ventaja es que cuenta con ejemplares clásicos, que muchas veces los lectores buscan y ya no encuentran en librerías u otro tipo de tiendas. Dijo que deben buscar estrategias para fortalecerse y tratar de mejorar, pero también ser competitivos ante la era digital que está arrasando con lo físico; a la vez, con la tecnología se está perdiendo en algunos la afición por la lectura.

Este tipo de negocios también está por extinguirse al igual que otros giros que han sido rebasados por la tecnología; en la actualidad es una gran competencia para este tipo de tiendas el contar con libros PDF en la web, que se llegan a encontrar hasta sin costo. Los audiolibros también están ganando el mercado, por la facilidad que ofrece solo sentarte a escucharlos.

Aunque todavía se editan bastantes libros y la industria editorial sigue al pie del cañón, los modelos de negocio han cambiado y ya no existen tantos pequeños negocios como este; aquí también ha entrado la modernidad con las ventas por internet y otras opciones para comercializar los libros físicos.

Pero según cuenta Martha, todavía al igual que ella, hay clientes que se niegan a dejar morir el amor por la lectura y este negocio, Libros y Revistas Arturo.

Aún cuentan con variedad de ejemplares para ofrecer a quienes tienen el gusto por la lectura. / Foto: Roberto Rodríguez / El Sol de La Laguna

Variedad para todas las edades

Al local no solo acude gente mayor, también jóvenes que buscan los cómics y libros juveniles; también las revistas de pasatiempos son muy solicitadas por clientes de todas las edades.

Entre el material que reciben en el negocio llegan con frecuencia algunas historietas antiguas que busca mucho la gente; destacan títulos como La familia Burrón, Archie, La Pequeña Lulú, Calimán, Memín Pinguín y las compran a muy buen precio porque ya son material de colección, con un mayor valor tanto económico como sentimental, son parte de revivir toda una época y los recuerdos siempre son importantes para el ser humano.

Para Martha también es fundamental actualizarse y tener variedad de cómics; en Libros y Revistas Arturo todos los miembros de la familia se pueden llevar algo y salir contentos, porque también cuentan con libros de actividades o de colorear para los niños y las mamás pueden llevarse alguna revista de modas, temas de actualidad o del hogar, según sea el gusto o interés de cada una.

“Yo compro de todo y a veces me vienen a vender libros muy viejitos que sé que se pueden vender y que la gente si los busca, así como también los juveniles que tienen también buena demanda y revistas con todo tipo de enfoques”.

Material moderno y de colección y para toda la familia se puede encontrar en este lugar. / Foto: Roberto Rodríguez / El Sol de La Laguna

Seguirá preservando la tradición

Por el momento permanecerá en este giro hasta que se pueda, aunque si han pensado en cambiar y adaptarse a las necesidades actuales, porque las ventas si han bajado hasta en un 80 por ciento. “Pero hasta que Dios diga que ya, aquí seguiremos y entonces sí a cambiar”.

Tiene un proyecto en mente con su hermano y los están planeando para emprender hasta que este negocio ya no de más; continuará la venta de libros y revistas porque no solo es una tradición en la familia sino algo que disfruta. Aunque no descarta adaptarse a otras necesidades y ofrecer otro tipo de artículos cuando esto ya no sea prioridad.

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Este tipo de artículos tiene mucho valor sentimental para la gente, por ello todavía permanecen vigentes algunos negocios como este. “Hay gente que viene y busca por ejemplo El Libro Vaquero porque su papá lo leía hace tiempo y son personas ya grandes que piden que les busquen sus lecturas favoritas y si, es algo más sentimental”.

De su trabajo, también le gusta y valora que llega gente mayor que acude y le platica anécdotas de cuando sus padres emprendieron el negocio a una cuadra de este local, de cómo eran ellos porque eran personas que mucha gente conocía y estimaba; es algo que la motiva a continuar pese a las dificultades que enfrente en el día a día.