Torreón, Coahuila. – Sin duda alguna una de las profesiones que más requiere de amor, respeto y vocación es ser maestro, una carrera de vital importancia para todos los seres humanos, pues sin la educación el ser humano está condenado a no progresar en la vida, por lo que las personas que deciden aventurarse en esto, deben ser hombres y mujeres con tenacidad y fuerza de voluntad para dedicar gran parte de su vida a formar y forjar a los futuros ciudadanos que sacarán adelante a la ciudad, a la región y al país.
María José Cortés Esparza, con apenas 23 años de edad y tres años de servicio es ejemplo del perfil necesario para dedicarse a la docencia, pues además de los conocimientos la caracterizan, en palabras de amigos y alumnos, su gran nobleza y pasión por su profesión, el cual heredo de su madre, quien también es maestra.
‘Majo’ como es conocida por su familia y amigos, asegura que cuando llegó el momento de elegir una carrera, para ella fue difícil, ya que contaba con varias opciones, situación que la llevó a una ligera carga de estrés, pero fue gracias a su madre que pudo decidir su camino y así comenzar una aventura que la ha hecho enfrentar grandes retos y le ha otorgado grandes satisfacciones.
Cortés Esparza, quien actualmente tiene a su cargo el segundo grado en la escuela Francisco Luis Urquizo del turno vespertino, reconoce que, aunque muchos piensan que es difícil lidiar con varios niños, no lo es tanto, ya que lo realmente complicado es lidiar con el entorno familiar y social del alumno, el cual naturalmente impacta en la conducta y comportamiento del infante y este a su vez lo refleja en sus relaciones sociales con maestros y compañeros.
“Gran cantidad de veces los que fallan son los padres y familiares, el niño no tiene consciencia para saber a su corta edad de la gran mayoría de sus acciones y es donde la educación absoluta recae en nosotros, al además de inculcarles los primeros conocimientos en su vida, debemos inculcarles valores y ayudarles a ver que cada uno en base a la comunicación efectiva y el buen trabajo, puede forjar su vida de diferente manera”, comentó.
Trabajar en tiempos de pandemia
La joven docente acepta que esta contingencia sanitaria que se atraviesa a nivel mundial, ha cambiado muchas cosas, una de ellas la educación, ya que se ha tenido que optar por el modelo de clases a distancia, el cual en su perspectiva está bien fincado y estructurado, sin embargo, ha dejado ver las desigualdades sociales en nuestro país, ya que no todos los alumnos tienen acceso a las nuevas tecnologías de la información y muchas batallan para ponerse al día con las tareas y trabajos.
Ante esta situación, ‘Majo’ sabe que se debe garantizar el acceso a la educación a cada niño y que por lo tanto los esfuerzos como docente, deben redoblarse para sacar no solo los reportes diarios que envían a los supervisores de zona, sino principalmente hacer que el aprendizaje de cada alumno aumente y así al final del día haya valido la pena al aprender algo nuevo.
De la misma forma la maestra menciona que al ingresar a sus redes sociales se llega a entristecer por todos los comentarios negativos en contra de los maestros, los cuales los critican enfatizando que no están trabajando y que solo están cobrando, asegurando que muchas veces la gente no reflexiona sobre el uso de sus palabras y sobre todo el esfuerzo que en medio de una situación que está fuera de sus manos, no solo los maestros sino todos los trabajadores han tenido que emplear para que el país siga trabajando, si bien no de manera normal, de una forma que permita acercarse a ello.
Por último, María José, quién define que la educación se sustenta en valores como la responsabilidad, solidaridad, empatía e inclusión, recuerda con afecto y cariño una de sus mejores experiencias que le ha otorgado la vida de ser docente, resaltando que en su primer año le tocó ser maestra en una escuela del ejido San Ignacio, en donde le dieron el sexto grado, el cual presentaba graves problemas de indisciplina y ningún maestro quería tomarlos, por lo que decidió en base a valores como el respeto a la vida en general y a la tolerancia, comenzar a trabajar, resultando un gran éxito alcanzado para ella y con quienes hasta hoy en día mantiene contacto.
