/ martes 2 de julio de 2024

María Fernanda, el triste final de una joven madre

Le quitaron la vida y la oportunidad de ver crecer a su pequeña

María Fernanda apenas alcanzaba la mayoría de edad, vivía en un seno familiar donde se sentía querida y apoyada; pero el pasado domingo asfixiaron sus sueños y amarraron sus oportunidades de crecer y disfrutar de una vida al lado de su pequeña hija.

María Fernanda fue asesinada el pasado domingo en el interior de una habitación del motel Cactus, tenía una hija de 3 años de edad, a la que dejó en orfandad.

Por las calles de la colonia Lázaro Cárdenas la recuerdan los vecinos. La definieron como una niña muy seria, educada y sonriente; aunque no muy extrovertida.

“Era una buena niña y también fue buena madre; ella fue hija única, vivía con sus papás y con su hija, siempre fue muy pacífica y de buen comportamiento”, comentó una de las vecinas del barrio, quien también recuerda cómo María Fernanda jugaba de niña con otras vecinitas, contentas por la calle.

Maryfer no pasaba desapercibida en el vecindario, un grupo de señoras que se dedican a predicar la Palabra de Dios, acostumbran reunirse en el parque, junto a la parroquia donde fue despedida de cuerpo presente; ellas la recuerdan bien y están consternadas con la triste noticia.

“Nosotros no somos de esta colonia pero somos de por aquí cerca y no la conocíamos así como tal personalmente, pero sí la veíamos pasar porque siempre estamos aquí, pues predicando la palabra del señor y la veíamos pasar a la muchachita; se vio siempre muy tranquila, sonriente, saludaba: ¡buenos días! pero nada más”, dijo una de las integrantes del grupo.

“Pues nos duele porque son situaciones muy tristes las que están pasando y no nos gustaría que les pasara a otras jovencitas, a otras mujeres más, pedimos a Dios que estas cosas ya no pasen y a las muchachas que se cuiden mucho”.

Tenía una vida tranquila dedicada a la maternidad

A sus 18 años ya no estaba estudiando, tampoco trabajaba; desconocen si tenía la intención de hacerlo después. Sus papás la apoyaron desde que fue madre soltera hace tres años.

Era su única hija y ambas vivían con los abuelos, por lo que realmente nunca se había desprendido del hogar de sus padres; como familia enfrentaron esta situación, brindaron todo el apoyo a su hija y recibieron a su nieta con mucho cariño.

Maryfer era una jovencita dedicada al cuidado de su pequeña hija y la recuerdan como una persona buena y muy tranquilo. / Foto: Sofy Ramírez | El Sol de La Laguna


El padre de María Fernanda cubría todas sus necesidades, deseaba que ella sólo se encargara y atendiera a su pequeña hija.

De acuerdo a versiones de familiares y conocidos, se sabe que mantenía una relación sentimental con un joven; poco más de un año tenían de noviazgo, según indicó una de las vecinas y aunque no lo conocían bien, a simple vista también parecía una persona tranquila y buena.

También aseguran que era una joven demasiado tranquila y que jamás tenía problemas con nadie; una situación como la que enfrentó, no solo les consterna, sino les extraña y resulta increíble e inesperada.

“Yo la conocía desde los 5 o 6 años más o menos, porque vivimos aquí en la colonia; yo siempre la vi normal, sin problemas, muy tranquila y era buena niña; se portaba bien, pero también era seria, no convivía mucho con los vecinos y sí tenía un novio pero solo lo cono de vista, parecía una buena persona”, dijo otra vecina.

Dejó una familia destrozada, una hija que la extrañará toda la vida y personas cercanas llenas de rabia, dolor e indignación.

María Fernanda apenas alcanzaba la mayoría de edad, vivía en un seno familiar donde se sentía querida y apoyada; pero el pasado domingo asfixiaron sus sueños y amarraron sus oportunidades de crecer y disfrutar de una vida al lado de su pequeña hija.

María Fernanda fue asesinada el pasado domingo en el interior de una habitación del motel Cactus, tenía una hija de 3 años de edad, a la que dejó en orfandad.

Por las calles de la colonia Lázaro Cárdenas la recuerdan los vecinos. La definieron como una niña muy seria, educada y sonriente; aunque no muy extrovertida.

“Era una buena niña y también fue buena madre; ella fue hija única, vivía con sus papás y con su hija, siempre fue muy pacífica y de buen comportamiento”, comentó una de las vecinas del barrio, quien también recuerda cómo María Fernanda jugaba de niña con otras vecinitas, contentas por la calle.

Maryfer no pasaba desapercibida en el vecindario, un grupo de señoras que se dedican a predicar la Palabra de Dios, acostumbran reunirse en el parque, junto a la parroquia donde fue despedida de cuerpo presente; ellas la recuerdan bien y están consternadas con la triste noticia.

“Nosotros no somos de esta colonia pero somos de por aquí cerca y no la conocíamos así como tal personalmente, pero sí la veíamos pasar porque siempre estamos aquí, pues predicando la palabra del señor y la veíamos pasar a la muchachita; se vio siempre muy tranquila, sonriente, saludaba: ¡buenos días! pero nada más”, dijo una de las integrantes del grupo.

“Pues nos duele porque son situaciones muy tristes las que están pasando y no nos gustaría que les pasara a otras jovencitas, a otras mujeres más, pedimos a Dios que estas cosas ya no pasen y a las muchachas que se cuiden mucho”.

Tenía una vida tranquila dedicada a la maternidad

A sus 18 años ya no estaba estudiando, tampoco trabajaba; desconocen si tenía la intención de hacerlo después. Sus papás la apoyaron desde que fue madre soltera hace tres años.

Era su única hija y ambas vivían con los abuelos, por lo que realmente nunca se había desprendido del hogar de sus padres; como familia enfrentaron esta situación, brindaron todo el apoyo a su hija y recibieron a su nieta con mucho cariño.

Maryfer era una jovencita dedicada al cuidado de su pequeña hija y la recuerdan como una persona buena y muy tranquilo. / Foto: Sofy Ramírez | El Sol de La Laguna


El padre de María Fernanda cubría todas sus necesidades, deseaba que ella sólo se encargara y atendiera a su pequeña hija.

De acuerdo a versiones de familiares y conocidos, se sabe que mantenía una relación sentimental con un joven; poco más de un año tenían de noviazgo, según indicó una de las vecinas y aunque no lo conocían bien, a simple vista también parecía una persona tranquila y buena.

También aseguran que era una joven demasiado tranquila y que jamás tenía problemas con nadie; una situación como la que enfrentó, no solo les consterna, sino les extraña y resulta increíble e inesperada.

“Yo la conocía desde los 5 o 6 años más o menos, porque vivimos aquí en la colonia; yo siempre la vi normal, sin problemas, muy tranquila y era buena niña; se portaba bien, pero también era seria, no convivía mucho con los vecinos y sí tenía un novio pero solo lo cono de vista, parecía una buena persona”, dijo otra vecina.

Dejó una familia destrozada, una hija que la extrañará toda la vida y personas cercanas llenas de rabia, dolor e indignación.

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