Torreón, Coahuila.- Alejandro Barral es un joven de 28 años de edad que en julio pasado enfermó de Covid-19 y que a raíz de eso vivió momentos muy complicados, por un lado con la incertidumbre de lo que podía pasar y por otro, con temor de contagiar a su abuela con la que vive, pues sabe que pertenece a uno de los grupos más vulnerables y que si es atacada por el virus, puede terminar con su vida:
“Esto no solo afecta a los mayores, también a personas jóvenes y les cuento mi experiencia: más o menos a finales de julio me enfermé, esto, después de tomar todas las precauciones posibles, después de ser riguroso y estricto, aun así me enfermé, imagínense ya si se juntan, si salen de casa, si se meten a sitios cerrados sin ventilación, imagínense lo que puede pasar”.
Entre los malestares que aquejaron a Alejandro, está la fiebre que padeció por tres o cuatro días con fiebre, con temperaturas muy cercanas a los 40 grados, dolor de cabeza que no cedía y que era muy intenso, además de problemas gástricos que lo tenían todo el día en el baño: “tomaba medicamentos e intentaba estar hidratado, a veces me llegaba a ganar la ansiedad y me faltaba el aire porque tenía miedo, me preguntaba qué iba a pasar, si se me iba a complicar la situación”.
El joven Barral estuvo dos semanas encerrado y con la preocupación de contagiar a su abuela:
“Yo vivo con mi abuela, que es una persona de riesgo, entonces me pongo a pensar si hice lo necesario para no contagiarla, si tomé las medidas oportunas, si no cometí algún fallo en algún momento, le empiezo a dar a la cabeza y eso me come por dentro, qué pasaría si esto le pasa a mi abuela, porque a lo mejor yo puedo estar saludable y puedo salir adelante, porque soy joven, pero qué pasa con mi abuela, a lo mejor su sistema inmunitario no está tan preparado como el nuestro y puedan pueden pasarla mal”.
Afortunadamente, Alejandro venció al Covid-19, pero no se relaja y ahora se cuida de manera más estricta, por su propia seguridad y la de los demás:
“Vamos a hacer las cosas bien, cómo es posible que cometamos esas negligencias, si está en nuestras manos cuidarnos, cómo es posible que un virus que no tiene la capacidad de razonar, como la tenemos nosotros los seres humanos, que tenemos esa inteligencia, nos esté ganando la partida, eso no es posible, es para mí inaudito”.