Torreón, Coahuila. - Al asegurar que la gran mayoría de los trabajadores del volante están comprometidos con las medidas sanitarias que como prestadores de un servicio público deben atender ante la amenaza que representa para la población el Covid-19, el representante del movimiento Taxis Unidos Laguna, Francisco Guardado Guzmán, aseguró que a ellos no les preocupa la intención de las autoridades municipales de robustecer la vigilancia para multar a quienes no cumplan con el uso obligatorio de cubrebocas mientras desarrollan su actividad.
Incluso, consideró que en todo caso esa vigilancia se debería orientar principalmente a quienes ofrecen servicios de transporte irregulares a partir de plataformas electrónicas, pues al no estar sujetos a ningún tipo de control por parte de las autoridades, es ahí donde pudiera haber riesgos para la salud del público usuario que se deben atacar y sancionar.
En su opinión, resulta incongruente que siempre se le pretenda cargar más la mano a quienes de manera permanente están bajo la observación de las autoridades para que cumplan con sus obligaciones reglamentarias, en tanto que poco o nada se hace con otros, considerados de hecho como transportistas “piratas”.
Se refirió a que muy conveniente y justo sería que en tiempos de contingencia sanitaria, el cumplimiento de las medidas de prevención se les exija también a quienes conducen los alrededor de tres mil vehículos de Uber y otras plataformas de transporte que diariamente recorren la ciudad.
De cualquier manera, Guardado Guzmán se mostró tranquilo por cuanto a que, asegura, los alrededor de tres mil 500 taxis adheridos al movimiento que él representa, son conducidos por personas que tienen la instrucción precisa de portar cubrebocas siempre que están en servicio, es decir cuando lleven pasajeros en sus unidades de trabajo. Además, agrega, los vehículos son aseados y sanitizados todos los días de manera constante, y siempre se procura llevar a bordo gel antibacterial a disposición de los usuarios.
Finalmente, comentó que desafortunadamente la demanda de los servicios que ofrecen los taxistas regulares se redujo en alrededor de un 80 por ciento a partir de que inició la contingencia sanitaria por el coronavirus, por lo que quienes se dedican a esta actividad atraviesan por una crítica situación económica sin precedentes.