Torreón, Coahuila. – Tuvieron que transcurrir 110 años para que oficialmente el Gobierno Federal ofreciera una disculpa pública por la masacre que en medio de la lucha revolucionaria se perpetró en contra de 303 integrantes de la comunidad china en Torreón, en mayo de 1911, y para ello le correspondió al presidente Andrés Manuel López Obrador dar la cara, a nombre del pueblo y el Estado Mexicano, ante los representantes de esta etnia que históricamente mucho ha contribuido a favor del desarrollo de esta ciudad y de la región Lagunera en general.
Se cumplió así con el objetivo central del acto protocolario que la mañana de este lunes se celebró en el bosque Venustiano Carranza, junto a las instalaciones del Museo Regional de La Laguna, presidido por el mandatario nacional en compañía de los gobernadores Miguel Ángel Riquelme Solís de Coahuila y José Rosas Aispuro de Durango, así como del embajador chino en México, Zhu Qingqiao.
Ahí estuvieron también Beatriz Gutiérrez Müller; Olga Sanchez Cordero, Secretaria de Gobierno; Marcelo Ebrard Casaubón, Secretario de Relaciones Exteriores; el General Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena; Alejandra Frausto García, Secretaria de Cultura; José Rafael Ojeda, Secretario de Marina; el alcalde de Torreón, Sergio Lara Galván; y, entre otros, el embajador Emérito de México en la República Popular China, Sergio Lei López.
A nombre del Estado Mexicano, fue precisamente embajador emérito de este país en la República Popular China, Sergio Lei López, quien pronunció el mensaje de ofrecimiento de disculpas.
“De conformidad a los lineamientos de su gobierno, hoy en nombre del Estado Mexicano, le pedimos perdón a la comunidad china en México por los agravios cometidos en su contra a lo largo de nuestra historia”. Se había hecho notar que los trágicos sucesos de Torreón en contra de la gente de origen oriental no fue el único en el pasado en este país, pero sí el más grave.
MOMENTOS DE OSCURIDAD
Enseguida, el presidente de México hizo entrega del Árbol de la Vida al embajador de China, como signo de fraternidad entre ambas naciones, para luego compartir un mensaje en el que por principio hizo alusión a una serie de datos relevantes sobre la historia de esta región del país y sobre la trascendencia que a favor de su desarrollo tuvo desde inicios del siglo pasado la comunidad china, para luego entrar en materia al señalar que como sucede en todo el mundo la historia de los pueblos registra tiempos de esplendor y grandeza, así como momentos de oscuridad y vergüenza.
Refirió que fue en medio de una realidad marcada por la polarización clasista y racista que tuvo lugar el llamado pequeño extermino que causó la muerte a 303 chinos de Torreón en los aciagos días del 13, 14 y 15 de mayo de 1911.
Habló de que el racismo que han padecido por siglos los habitantes de China, es igual o peor que el que han sufrido indígenas mexicanos o africanos Hasta 1968 un oriental no podía casarse en California con una mujer blanca, cuando la discriminación se sustentaba en lo más vil y ofensivo, con estupideces que se trasladaron a México, donde a la exclusión y al mal trato se le añadió el exterminio.
Narró que fue en ese contexto que se vivió en Torreón una gran tragedia, cuando los revolucionarios ocuparon Torreón luego de que los soldados federales abandonaron la plaza, e incluso hizo alusión a un folleto que se difundió previamente para llamar con urgencia a los comerciantes chinos a cerrar sus negocios y esconderse para ponerse a salvo
se dispusieron a tomar la plaza y los federales a defenderla como fuera, a pesar de lo cual todo fue en vano, pues llegado el momento el cielo se nubló y empezó la matanza.
Tales acontecimientos terminaron con el fusilamiento de Benjamín Argumedo, sin que se investigara a otros jefes revolucionarios que participaron y entre los cuales, reiteró el presidente, no estuvo Francisco Villa, como equivocadamente algunos creen
Desafortunadamente, agrega, luego del llamado pequeño genocidio se les siguió persiguiendo a los miembros de la comunidad china en México, pues no hubo arrepentimiento, sino que se sembró el odio y fomentó la persecución que prevalecería en las décadas siguientes en otras regiones del país, lo que llevó a muchos de sus integrantes a ir a refugiarse a pueblos muy alejados y hubo quienes así encontraron el respaldo del pueblo Yaqui, en Sonora.
En otra parte de su discurso, López Obrador destacó que “Este acto en el que el Estado Mexicano pide perdón a los familiares de las víctimas, nos obliga a asumir nuestra responsabilidad y nuestra culpa, y a aceptar el compromiso con la República Popular de China de que el Estado Mexicano no permitirá nunca más el racismo. La discriminación y la xenofobia. Nuestro país y su gobierno promoverá la igualdad, la diversidad cultural, la no violencia y la fraternidad universal”.
AGRADECIMIENTO
Finalmente, el Presidente de la República aprovechó para agradecer de todo corazón al gobierno chino por el oportuno e importante apoyo que ha dado a México desde el inicio de la pandemia de Covid-19.
Según lo planteó, luego de que se declaró la pandemia, el gobierno de China tuvo para con el pueblo de México una respuesta rápida, fraterna y solidaria al enviar 25 aviones cargados con insumos médicos, equipo de protección para trabajadores de la salud, ventiladores y pruebas diagnósticas, y posteriormente 13 más con seis millones de dosis de la vacuna Sinovac y sustancia activa para envasar otras tantas en México.
Recordó que, con esta vacuna, para avanzar hacia la reanudación de las clases presenciales, se ha protegido hasta ahora al 65 por ciento de trabajadores de la educación, y se tiene previsto que la totalidad queden cubiertos a fin del presente mes.
“Hoy quiero agradecer al presidente de China, Xi Jinping, y a su embajador en México Zhu Qingqiao, así como a sus científicos, diplomáticos y empresas, y quiero decir desde Torreón, nunca vamos a olvidar la fraternidad de China en los meses amargos y angustiosos de la pandemia por el apoyo solidario que recibimos”.
