/ lunes 7 de diciembre de 2020

Padres y alumnos no terminan de adaptarse, ya anhelan regresar a las aulas

De cinco familias entrevistadas, el mismo número coincide en que ha sido estresante y ‘traumante’

Torreón, Coahuila.- Con cierta ‘pena’ y nerviosismo, padres de familia y sobre todo los propios alumnos, admiten que no se han terminado de adaptar a las clases a distancia desde que la Secretaría de Salud Pública decretó este método para encarar el presente ciclo escolar 2021-2021.

Causas como la falta de recursos, enfermedad, número en los integrantes de la familia así como situaciones hasta de desintegración familiar, han sido los detonantes para que alumnos de nivel básico no terminen por adaptarse a este nuevo sistema de aquí a que exista una vacuna que permita el retorno a cierta “normalidad” y con ello tener sus clases de manera presencial.

El niño Fares Ricardez, de 9 años de edad, cursa el 4º grado de primaria en la Escuela Palo L. Sidar y lleva sus clases a distancia, esto a través de monitorear por canales abiertos de televisión su programa escolar. La ventaja de este menor es que es el más ‘chico’ de su núcleo familiar, su hermana Eva, cursa el 60 grado, y tiene un espacio independiente para también cumplir con sus clases en diferentes horas del día.

Para José Luis y Tamar, padres de familia de estos dos niños, ha resultado complicado debido a que casi a mitad del ciclo las tareas y trabajos eran por demás ‘cargados’, pero han buscado todos los medios porque sus hijos cumplan con los trabajos, sobre todo porque además de las tareas del hogar tiene que cubrir en diversos horarios las clases de cada uno.

“Al principio fue muy complicado, siento que no hemos terminado de adaptarnos, sobre todo cuando hay dudas y quizás en los grupos de WhatsApp es donde mayores confusiones puede haber”, explicó José Luis.

José Silos, de 6 años, este año entró a primer grado de primaria en le Escuela Amado Nervo, a él, en particular, no le ha sido tan difícil adaptarse, ya que desde pequeño estuvo en guarderías y su independencia le ha ayudado a comprender –dentro de sus posibilidades- lo que en clases a distancia se les explica en cada materia.

Gladis Silos Aguilar, es su madre, ella trabaja en el área administrativa de una Universidad de Gobierno al oriente de la ciudad de Torreón, aunque cuenta con todos los recursos tecnológicos para cumplir con las tareas, admite que no es nada sencillo de pronto entender ciertos problemas de la escuela, sobre todo cuando les encargan “muchísima tarea” a los niños, como lo expresó en entrevista.

“Siento que poco a poco nos fuimos más o menos adaptando, lo que resulta difícil es para quienes trabajamos, porque no estamos al cien por ciento con nuestros hijos para explicarles qué tipo de trabajos se necesitan, además, pienso que los grupos de WhatsApp resultan en ocasiones contradictorios, porque hay veces que los maestros tampoco le entienden a la tarea y mucho menos nosotros, aunque ya pasó casi un año de esto del Covid-19, no creo que terminemos en adaptarnos”.

José Luis Ortiz y María Eugenia González, tienen tres hijos, el más pequeño ya ingresó a primero de primaria, la segunda va en 6º grado y el de en medio pasó a tercer grado, se trata de Luis, Manuel y Sofía, ambos están en la escuela Primaria Juan Escutia, sus padres, explican que gracias a la tecnología los procesos o maneras en trabajar son más rápidas, pero que sin duda, al menos los dos hijos más grandes extrañan ya retornar a sus aulas y llevar sus clases de manera presencial.

Torreón, Coahuila.- Con cierta ‘pena’ y nerviosismo, padres de familia y sobre todo los propios alumnos, admiten que no se han terminado de adaptar a las clases a distancia desde que la Secretaría de Salud Pública decretó este método para encarar el presente ciclo escolar 2021-2021.

Causas como la falta de recursos, enfermedad, número en los integrantes de la familia así como situaciones hasta de desintegración familiar, han sido los detonantes para que alumnos de nivel básico no terminen por adaptarse a este nuevo sistema de aquí a que exista una vacuna que permita el retorno a cierta “normalidad” y con ello tener sus clases de manera presencial.

El niño Fares Ricardez, de 9 años de edad, cursa el 4º grado de primaria en la Escuela Palo L. Sidar y lleva sus clases a distancia, esto a través de monitorear por canales abiertos de televisión su programa escolar. La ventaja de este menor es que es el más ‘chico’ de su núcleo familiar, su hermana Eva, cursa el 60 grado, y tiene un espacio independiente para también cumplir con sus clases en diferentes horas del día.

Para José Luis y Tamar, padres de familia de estos dos niños, ha resultado complicado debido a que casi a mitad del ciclo las tareas y trabajos eran por demás ‘cargados’, pero han buscado todos los medios porque sus hijos cumplan con los trabajos, sobre todo porque además de las tareas del hogar tiene que cubrir en diversos horarios las clases de cada uno.

“Al principio fue muy complicado, siento que no hemos terminado de adaptarnos, sobre todo cuando hay dudas y quizás en los grupos de WhatsApp es donde mayores confusiones puede haber”, explicó José Luis.

José Silos, de 6 años, este año entró a primer grado de primaria en le Escuela Amado Nervo, a él, en particular, no le ha sido tan difícil adaptarse, ya que desde pequeño estuvo en guarderías y su independencia le ha ayudado a comprender –dentro de sus posibilidades- lo que en clases a distancia se les explica en cada materia.

Gladis Silos Aguilar, es su madre, ella trabaja en el área administrativa de una Universidad de Gobierno al oriente de la ciudad de Torreón, aunque cuenta con todos los recursos tecnológicos para cumplir con las tareas, admite que no es nada sencillo de pronto entender ciertos problemas de la escuela, sobre todo cuando les encargan “muchísima tarea” a los niños, como lo expresó en entrevista.

“Siento que poco a poco nos fuimos más o menos adaptando, lo que resulta difícil es para quienes trabajamos, porque no estamos al cien por ciento con nuestros hijos para explicarles qué tipo de trabajos se necesitan, además, pienso que los grupos de WhatsApp resultan en ocasiones contradictorios, porque hay veces que los maestros tampoco le entienden a la tarea y mucho menos nosotros, aunque ya pasó casi un año de esto del Covid-19, no creo que terminemos en adaptarnos”.

José Luis Ortiz y María Eugenia González, tienen tres hijos, el más pequeño ya ingresó a primero de primaria, la segunda va en 6º grado y el de en medio pasó a tercer grado, se trata de Luis, Manuel y Sofía, ambos están en la escuela Primaria Juan Escutia, sus padres, explican que gracias a la tecnología los procesos o maneras en trabajar son más rápidas, pero que sin duda, al menos los dos hijos más grandes extrañan ya retornar a sus aulas y llevar sus clases de manera presencial.

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