Torreón, Coahuila.- Panificadora La Espiga tiene 39 años elaborando sus exquisitos productos para la región y ciudades de otros estados, consolidada hoy en día como una exitosa empresa lagunera que inició en 1985 con una sucursal y alrededor de 20 trabajadores, expandiéndose poco a poco hasta llegar a contar con más de 250 empleados y 100 vehículos repartidores.
Fue en 1985 que Julio Ávila Aguilera decidió emprender, iniciando con La Espiga de Oro en la colonia Jacarandas, sin imaginar que con el transcurso de los años y sobre todo gracias a la calidad de sus productos, iban a tener una importante expansión y llegar a ser una de las panificadoras más reconocidas de la región y llevar su pan a otras ciudades importantes como Saltillo, Monterrey, Monclova, Parral, entre otras.
- Te puede interesar: Pan francés, inigualable producto de los laguneros
Para conocer la historia de éxito de Panificadora La Espiga, El Sol de La Laguna platicó con dos de sus principales colaboradores, como son Martín Rodríguez Villalba, Gerente de Operaciones, y Alfredo Torres García, Técnico en Panificación.
“El que inicia esta panificadora es el señor Antonio, que en paz descanse, papá del licenciado Julio, quien ha estado al frente siempre con empuje, tenacidad y puntualidad en su trabajo, usando los procesos que se requieren para un buen producto, desde abajo salió adelante, empezando con poquitos repartos a nivel local, después se fue extendiendo a foráneos a varios ranchitos de aquí de Coahuila y gracias al buen producto que elaboramos en esta panificadora, se ha expandido más allá”, compartió Martín.
En un inicio, La Espiga de Oro tuvo una cuadrilla de 10 franceseros y 6 reposteros, eran alrededor de 20 personas las que trabajaban en aquel entonces.
“La aceptación empezó como todo negocio, paso a paso, recuerdo que las filas de gente eran interminables para poder comprar el pan francés, desde la inauguración la gente vio la calidad del producto y se volcó a la panadería”, destacó Alfredo, quien fue uno de los primeros panaderos de La Espiga de Oro y hoy es el jefe de todo el personal de producción.
Después de la aceptación en Jacarandas, se decidió por abrir un segundo espacio en Gómez Farías, entre las calles 11 y 12, convirtiéndose en lo que hoy es la matriz de La Espiga, ya que desde ahí sale la mayor parte del producto que se reparte a decenas de rutas y otras ciudades.
“Tenemos actualmente la matriz aquí en Gómez Farías, iniciamos la primera en Jacarandas, luego abrimos la tercera en la Álvarez, ahí se instaló otra planta, las tres que mencionamos son en Torreón, después abrimos dos en Francisco I. Madero y estamos por abrir dos más, una en Matamoros y otra aquí en Torreón en Rodríguez Triana, pronto serán 7 sucursales”, agregó Martín Rodríguez Villalba.
El producto principal de La Espiga es el pan francés, el cual prácticamente lo elaboran las 24 horas para tenerlo disponible para todos los clientes y público en general:
“Sí se nos ha incrementado mucho la demanda del pan, ahorita en estos meses, de sábado a domingo, andamos en 27 mil piezas por día, después baja a 21 mil o 22 mil piezas los demás días, en esas cantidades andamos ahorita. El producto se reparte en tiendas, restaurantes, empresas maquileras, hoteles, aquí mismo en nuestros despachos, lo que mandamos fuera a Saltillo, Monterrey, Camargo, Durango y toda la comarca lagunera”, resaltó el Gerente de Operaciones.
Para Martín Rodríguez Villalba, el pertenecer a una empresa como Panificadora La Espiga es un orgullo, sobre todo por ser parte del gran desarrollo que han tenido en tan poco tiempo, destacando que la venta de un producto como el pan es muy noble, “esté haciendo calor o frío se vende mucho, sí baja en tiempo de calor un poquito, pero aún así ahí nos mantenemos en el mercado con muy buena aceptación”.
Por su parte, Alfredo Torres García, Técnico en Panificación de La Espiga, destacó que se trata de una empresa que les da mucho valor e importancia a sus trabajadores y eso los hace comprometerse a realizar un trabajo de calidad: “aquí he encontrado un lugar de trabajo donde se puede crecer, aquí cualquier ayudante que entra a limpiar charolas se hace pronto un oficial maestro y un representante de producción de pan”.
Por último, Alfredo hizo la invitación a los laguneros a probar el pan de La Espiga, garantizando que se van a encontrar con un producto de calidad: “lo fundamental siempre en la mañana, al iniciar el día, es nuestro pan, si usted consume algo de La Espiga tenga por seguro que está consumiendo algo de calidad, lo invitamos a que lo compruebe”.
