Torreón, Coahuila. – Los papás de Edna Xóchitl López González, la niña de ocho años de edad que fue sustraída hace casi 33 años por un hombre en la colonia Ampliación Lázaro Cárdenas de Torreón, murieron de tristeza.
Fue el 26 de agosto de 1991, cuando la menor jugaba con amigos y un hermano en las vías del tren a unas cuadras de su casa, y un sujeto se la llevó.
Desde entonces, a Heriberto López Aguilar y Reyna Xóchitl González Martínez se los fue acabando la depresión que les provocó otras enfermedades que con el tiempo les causaron la muerte.
Elena Palacios Hernández, tiene su vivienda justo en la esquina de la calle La Parrita, donde habitaba la familia López González.
“Me enteré de la desaparición de Edna Xóchitl por la televisión y el periódico, pero todavía no vivía aquí. Después, en febrero de 1998, vine a vivir a esta casa y por los vecinos me enteré que en esta calle está la casa en donde había vivido la niña”.
Un día después de que ella llegó a la colonia, se enteró que el papá falleció y los vecinos le comentaron que a raíz de la desaparición le dio diabetes y su salud se fue deteriorando, hasta que ya no pudo más.
“Después, supe también, que una señora que pasaba por aquí, vestida de enfermera, era la mamá”.
Describió que la veía casi todos los días cuando caminaba para tomar el camión e irse a trabajar a un hospital.
“Y al paso del tiempo la veía con la cabeza cubierta, como las personas que reciben quimioterapia, alguien me dijo que tenía cáncer y después murió, no recuerdo en qué año”.
En la casa se quedaron a vivir los dos hermanos de Edna, un joven de nombre Edén que estudiaba enfermería y un niño.
Posteriormente ambos se fueron de la casa y regresan de manera ocasional para verla y darle mantenimiento.
“Hace poco vino Edén, me saludó y dijo que ya iba a vivir de nuevo aquí, pero ya no lo he visto”.
Respecto a los papás, reiteró que todos los vecinos vieron cómo los consumió la tristeza
“En las enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes y el cáncer, afecta muchísimo lo que están sintiendo”.
Respecto a lo que pasó con la niña, señaló que nunca se supo qué pasó.
Actualmente la casa, que es la número 638, luce en buen estado y limpia, está pintada de color amarillo y tiene rejas negras de protección, incluso las luces permanecen prendidas, sin embargo nadie salió.
INTENTARON LLEVARSE A OTRA NIÑA ADEMÁS DE EDNA
Otro vecino de La Parrita, quien prefirió omitir su nombre, describió que otra infante fue quien alertó de la situación y se empezó la búsqueda.
“Estábamos en la casa, ellos andaban en las vías, y escuchamos que una niña llegó llorando porque un señor se la quiso llevar y que salió corriendo, pero nos mencionó que a Edna sí se la había llevado. Salimos a buscarla en ese momento y toda la noche, nunca la volvimos a ver”.
“Edna era una niña muy bonita, de ojos muy grandes. Ella y su hermano Edén jugaban mucho al lado de mi casa, en una casa que en ese entonces estaba sola. De la otra niña que nos contó que logró escapar cuando agarraron a Edna, la familia no tardó en irse de la colonia a vivir a otra parte”.
En cuanto al paradero de Edna, indicó que jamás se enteraron y descartó que la hayan encontrado muerta, como se rumora.
“Lo que sí puedo decir es que desde ese día los papás estuvieron muy tristes y poco a poco se fueron enfermando hasta que murieron”.