Torreón, Coahuila. - La historia de Patricia Ruvalcaba Rodríguez es un claro ejemplo de que estudiar cambia la vida y te brinda mejores oportunidades para seguir creciendo. Ella forma parte de la historia de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) Unidad Laguna. Hace más de cuatro décadas recibió una oportunidad de trabajo como afanadora, pero fue esa la llave para seguir estudiando y aspirar a un puesto administrativo dentro de esta casa de estudios.
La Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) surgió de lo que fue la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia A.C.. En 1978 se disolvió la organización civil y fue intervenida por el Gobierno del Estado, lo que trajo consigo infinidad de bondades, todo un mundo diferente, tanto para los trabajadores como para los alumnos.
Así lo manifestó Paty: “trabajar en la universidad me cambió la vida”. Ella llegó como afanadora. Con una escoba y un trapeador se dedicó a limpiar las oficinas ubicadas en aquel entonces en Mieleras. Solo tenía terminada la primaria pero sus jefes le dieron el impulso para que estudiara comercio por la mañana y trabajara por la tarde.
Gracias a eso, ahora ya lleva siendo secretaria de confianza de la dirección general de la universidad por más de 24 años. La pionera de la institución con el respaldo de sus 42 años trabajando, ha estado presente en todo el nacimiento y crecimiento de la Narro, que al día de hoy es una de las universidades agrícolas más importantes de América Latina.
Los cambios de la Asociación Civil a la ahora Universidad Autónoma incentivaron a quienes laboraban ahí, pues contó que cambió la forma para trabajar, el sueldo aumentó al doble de lo que ganaban, se estableció el uso de uniforme, contaban con servicio médico, pago de aguinaldo, prestaciones, prima vacacional y fondo de ahorro.
Por otro lado, mencionó que cuando la universidad era una asociación civil los alumnos eran de la zona ganadera del norte y noreste del país, y luego con la fusión se acercaron estudiantes de distintas ciudades de la república mexicana.
Y es que recordó que antes costaba tres mil 700 pesos estudiar un semestre y ahora cuesta 420 pesos, y además un concepto único que no tiene otra universidad en la Laguna como lo es el servicio de comedor por mil 200 pesos el semestre, donde les sirven las tres comidas.
El Ingeniero Héctor Estrada Flores, uno de los más longevos de la UAAAN, manifestó: “la universidad más barata de todo México es la Antonio Narro”, pues haciendo cálculos estudiar en la institución cuesta casi siete pesos por día, esto con comedor incluido.
Asimismo, fue en 1990 cuando se habilitaron los 120 dormitorios donde los jóvenes estudiantes foráneos de distintos estados de la república pueden quedarse ahí mismo en la universidad, una más de las bondades con las que cuenta la Narro.
De esta universidad que le da vida a la ganadería y al campo mexicano, han egresado 119 generaciones de Médicos Veterinarios e Ingenieros en las diferentes áreas del conocimiento agrario.
Cada uno de los egresados se desempeñado con gran orgullo en sus áreas de trabajo, una de las historias de éxito, es la del doctor Fernando Ulises Adame de León, quien fue estudiante, luego docente y director de la Unidad Laguna.
Con sus 37 hectáreas de superficie, la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro alberga infinidad de historias de éxito, que se han construido en sus instalaciones, en las áreas para realizar actividades agrícolas, en los 20 laboratorios para la práctica de investigación, la biblioteca y cada rincón del campus.
DATO
La carrera de medicina veterinaria es lo fuerte de la universidad
NUMERARIA
30 años
tienen de existencia los dormitorios de la UAAAN