Es como querer avanzar en contra de la corriente el esfuerzo que a diario realiza el personal adscrito al departamento de Mantenimiento Urbano de la Dirección General de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Torreón, al esmerarse por mantener en buenas condiciones las instalaciones de las plazas y parques de la ciudad, así como los puentes vehiculares y otros elementos de la infraestructura pública urbana, ya que en estos espacios realmente el trabajo nunca termina.
Siempre hay necesidades de reparaciones que se deben atender, tanto las que se detectan mediante una permanente labor de supervisión como las que reporta la ciudadanía, pero la mayor parte de su tiempo en cada jornada la dedican los trabajadores de la dependencia a eliminar las pintas de grafiti que no dejan de aparecer por todos lados, así como en subsanar las fallas que son el resultado de actos de vandalismo y robos en instalaciones deportivas, módulos de juegos infantiles y demás elementos de la infraestructura de los espacios públicos.
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“Realmente el trabajo nunca termina, y es que por más que le echamos muchas ganas todo el tiempo, no hay día que no haya algo qué volver a pintar o a reparar”, asegura Cristóbal Sigala, quien se encarga de coordinar a los 38 trabajadores que bien organizados en cuadrillas, diariamente salen a la calle para tratar de contribuir con su esfuerzo a favor de la buena imagen urbana de la ciudad.
Hace notar que hay algunos sectores en los que es muy común que después de haber intervenido alguna plaza, a los pocos días el personal tiene que regresar a repetir sus labores porque reaparece el grafiti o los vándalos reincidieron al dañar las instalaciones, donde lo más común es el robo de las cadenas de las unidades de columpios infantiles, y hasta de los aros metálicos de las canastas en las canchas de básquetbol.
Ante ello, se ha tenido que fortalecer la vigilancia con el apoyo puntual de la policía municipal en aquellos puntos donde este tipo de hechos más se han repetido durante los últimos meses, como son los casos, por ejemplo, de la plaza Okayama de la colonia Sol de Oriente, y en el parque del templo del Padre Pro, en Nueva California, comenta Cristóbal Sigala.
Refiere que también persistente es el trabajo que se realiza en los puentes vehiculares con los que se cuenta en la ciudad, pues son parte de los espacios más frecuentados por quienes se dedican a realizar pintas vandálicas que mucho ensucian la imagen de la ciudad.
Cabe señalar que, para atender las necesidades de mantenimiento urbano de la ciudad, la dependencia cuenta con una fuerza laboral organizada en cuatro cuadrillas de pintores, una especializada en trabajos de soldadura y otra más de albañilería.
LA RUTINA
Si bien no todos realizan una misma labor, la rutinaria laboral diaria es muy similar para cada uno de los integrantes de las cuadrillas de Mantenimiento Urbano, asegura Juan Ordaz, quien forma parte del equipo de pintores y se encarga de desempeñarse, entre otras cosas, como “pinta-rayero”.
Refiere que él, al igual que todos sus compañeros a diario se levanta antes de las 6:45 de la mañana para asearse y prepararse para, luego de recibir el lonche que se les prepara en casa, trasladarse al centro de operaciones de Mantenimiento Urbano ubicado dentro de las instalaciones de la Unidad Deportiva Compresora, donde en el reloj checador deben registrar su entrada a las ocho de la mañana.
Ya para esa hora, el coordinador debe tener delineado el programa de trabajo que de manera distribuida deberá atender cada cuadrilla, y con base a ello reciben instrucciones con tareas puntuales que deberán atender de principio a fin en un espacio determinado.
Así, los pintores, soldadores y albañiles del Municipio llegan al espacio público que se les asigna, y se toman ahí media hora para almorzar a fin de tomar fuerzas para una jornada que habrá de concluir hasta las tres de la tarde, cuando deben regresar a la sede de la dependencia para registrar su hora de salida en el reloj checador.