Torreón, Coahuila.- Los habitantes de los condominios Manhattan, ubicados al suroriente de Torreón, pasan por la peor crisis en su historia, pues además de sufrir por hambre la situación está cada vez peor ya que la inmensa mayoría se ha quedado sin empleo durante la contingencia por el Covid.19.
Tras haber colocado mantas al exterior de sus viviendas con mensajes que expresan ´En casa, pero con hambre´, ´En casa, pero sin comida´, ´En total olvido´, ´Queremos comer´ y ´AMLO exigimos apoyo alimentario´, entre otros, uno de los vecinos comentó: “preferimos morir del virus que morir de hambre” Jesús Salazar Villa, 61 años de edad, pensionado.
Él vive en el departamento 1943, con su esposa Maricruz Grijalva Gallardo y su hijo Jorge. Obtiene de pensión poco más de tres mil pesos al mes: “No hemos recibido ningún apoyo de las autoridades. Nos piden que nos quedemos en casa pero con qué comemos. Yo ya no les pido nada a las autoridades, estoy muy decepcionado. Ya no espero nada. Mi esposa y mi chavo salen a la calle a ganar algo de dinero, se tienen que arriesgar la vida. Preferimos morir del virus que morir de hambre. No podemos quedarnos en casa como nos lo piden, tenemos que arriesgarnos para comer”.
“ES LA PEOR CRISIS POR LA QUE HEMOS PASADO”
Por su parte, Mary Ayala Estrada, 54 años y desempleada, quien tiene su hogar en el 1932 y es parte de las personas que se quedaron sin empleo ante el cierre de empresas por la contingencia, señaló: “yo trabajo, pero por esto del coronavirus me dieron vacaciones forzadas. Es la peor crisis por la que hemos vivido, porque antes al menos había trabajo. La mayoría somos de maquiladoras, pero ahorita están cerradas”
Mary declaró que no tienen qué comer, pues no hay el suficiente dinero: “nuestras familias tienen hambre. Hay muchos niños aquí y están muy desesperados, con hambre, también nosotros como papás, pues no sabemos qué hacer. Pedimos que vengan a apoyarnos, tenemos hambre. A nosotros sí nos gusta trabajar, pero nos descansaron”.
“NOMÁS VIENEN A LAVARNOS EL CEREBRO”
Por otra parte, Ramón García Zambrano, de 48 años de edad y quien también está desempleado y habita en el número 1925, con su esposa María Cruz Briones y su nieta Génesis, confeso: “Apenas ayer que nos manifestamos vinieron las autoridades, como siempre lo hacen, a decir que sí nos van a ayudar, como cuando andan en campaña, pero nada más nos dan atole con el dedo, nomás vienen a lavarnos el cerebro. Tenemos que salir a arriesgarnos, pero encontrar ahorita un empleo está cabrón porque todo está cerrado. La mayoría de los que vivimos en Manhattan vivimos al día. Salimos a ver qué es lo que cae de jale y de dinero. Es raro el que tiene un trabajo estable aquí. Comemos porque a veces nuestros hijos vienen a darnos la vuelta y a darnos algo”.