Torreón, Coahuila.- Se impulsan ya una serie de modificaciones en la reglamentación municipal vigente a fin de que se clasifique de manera específica el giro mercantil de los negocios que operan como quintas, de manera que se les pueda someter a un control más efectivo para que operen dentro del orden y la legalidad, con especial interés en su calidad de usuarios comerciales y no domésticos del SIMAS, y sobre todo para constatar que en los hechos el relleno de sus albercas sea mediante pipas y no con el líquido proveniente de la red de distribución.
Durante la reunión de trabajo, la situación de este tipo de establecimientos se analizó a partir de un informe sobre los lineamientos y acciones para el cuidado del agua en los que se trabaja actualmente en Torreón, presentado por el titular de la Dirección de Inspección y Verificación Municipal, Raúl Rodríguez García.
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En atención a un punto de acuerdo que fue avalado recientemente por el Cabildo en pleno a iniciativa del regidor Cristian López Chávez, el asunto fue motivo de un detallado análisis durante una reunión de trabajo que celebraron este viernes de manera conjunta los y las ediles de las Comisiones de Hacienda, del Agua, Inspección y Verificación, Desarrollo Económico y Planeación y Urbanismo.
Al respecto, López Chávez recordó que, sin que exista de ellas un padrón confiable, las quintas que abundan en la ciudad están identificadas si a caso como centros para eventos sociales, pero no todas cuentan con autorización para operar de manera mercantil, y existen en la reglamentación municipal vacíos o imprecisiones que impiden al Municipio ejercer puntuales medidas de control a favor de su ordenamiento.
Cabe recordar que fue el pasado 27 de mayo cuando se aprobó el punto de acuerdo que sugiere precisamente que como punto de partida empiece por estructurarse un padrón con el registro de todas las quintas existentes en Torreón, y se hagan las modificaciones complementarias pertinentes en los reglamentos municipales para que en lo sucesivo se pueda ejercer sobre ellas un control real.
De acuerdo con López, las inquietudes al respecto surgen a partir de constantes reportes y quejas ciudadanas en el sentido de que en ese tipo de negocios son muchas las albercas que se rellenan con agua potable, sin que haya forma de constatar las afirmaciones de sus propietarios en el sentido de que el proceso lo realizan a través de pipas, además de que hay un dispendio del líquido en el riego de amplios jardines.
Desde luego, agrega, hay muchas otras situaciones a favor del orden que igualmente se deben reglamentar y atender, por ejemplo para prevenir accidentes de lamentables consecuencias y para evitar que algunas quintas sigan siendo sedes de reuniones con consumo de alcohol con la presencia de menores de edad.