Torreón, Coahuila. - Ante los hechos suscitados este día, donde el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño Infante acudió personalmente a desmontar un operativo de revisión vehicular que realizaban autoridades estatales, la fracción del PRI en el Cabildo de Torreón manifiesta que la actitud de Jorge Zermeño no tiene explicación alguna dentro del ánimo de colaboración que ha mostrado el Gobierno del Estado, en el cual destaca la reciente gira de promoción económica a China donde Zermeño fue invitado, o el convenio “Vamos a Michas”.
Coincidieron en manifestar lo anterior José Antonio Gutiérrez Jardón, coordinador de la bancada priista en el Cabildo, los regidores Isis Cepeda Villarreal, Alfredo José Mafud Kaim y la síndica de Vigilancia Dulce María de las Mercedes Pereda Ezquerra.
La justificación del alcalde es inaceptable. Cuando señala que estos filtros de revisión son molestos y afectan a la circulación, debe recordar que su Administración Municipal monta cada fin de semana hasta 4 retenes de alcoholímetro por noche, en los que se han documentado y denunciado abusos por parte de su personal, y él no ha actuado en consecuencia.
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Con los retenes de alcoholímetro se recaudan entre 4 y 5 millones de pesos, ingresos nunca antes registrados, lo que demuestra un afán recaudatorio antes que preventivo por parte del Municipio.
También es incongruente, ya que el alcalde Jorge Zermeño Infante señala que estos filtros afectan la seguridad en el municipio, cuando Torreón lleva 15 días sin Director de Seguridad Pública y la ciudadanía se enteró por los medios de comunicación y no por la autoridad.
Los filtros para detectar autos con placas vencidas buscan tener un padrón actualizado y confiable de los vehículos que circulan en el Estado. Estas acciones iniciaron luego de una etapa de concientización para que la ciudadanía se acercara a pagar sus obligaciones, otorgando también facilidades por parte del Gobierno del Estado.
La actitud desproporcionada y claramente premeditada del alcalde rompe códigos y afecta la buena relación que debe existir entre los diferentes niveles de Gobierno.
Se trata de una medida desesperada en la que Jorge Zermeño busca recuperar la aceptación popular que ha venido perdiendo desde 2018.
La ciudad demanda trabajo y resultados por parte de su alcalde, no actitudes irresponsables de confrontación.
