Solos, abandonados y excluidos: la vida de muchos ‘viejitos’ en México

Población joven rechaza cada vez más a los adultos mayores

Miguel Solís / El Sol de La Laguna

  · miércoles 24 de julio de 2024

Situación de abandono enfrentan muchos adultos mayores. / Foto: Roberto Rodríguez | El Sol de La Laguna

Torreón, Coahuila.- Llegar a la vejez debería ser un privilegio y una etapa de tranquilidad para el ser humano, sin embargo, la realidad en México es otra, ya que cada vez son más los adultos mayores que terminan solos, abandonados y excluidos por la sociedad.

El diputado Jorge Arturo Valdés Flores, quien ha promovido iniciativas para mejorar las condiciones de los adultos mayores en Coahuila, se dijo preocupado porque de acuerdo a la Encuesta Nacional de Discriminación 2017, por parte del INEGI, se percibe que la población joven rechaza a este grupo y es por eso que muchos ‘viejitos’ terminan en un asilo.

Para conocer más de la situación real que enfrentan adultos mayores en abandono, El Sol de La Laguna visitó la Casa del Anciano del Padre Estala, la cual atiende actualmente a 44 huéspedes mayores a 70 años de edad, compartiendo Andrés Astorga, administrador del lugar, la siguiente información:

“Falta sensibilidad, definitivamente sí es un sector de la población que no voltea a ver la gente, es un sector de la población que ha sido abandonado, por lo mismo que a lo mejor ya no le genera a la sociedad en temas económicos, en temas de desarrollo, entonces, los excluyen”.

“Veo que (grupos o asociaciones de ayuda) trabajan más con niños, incluso a veces hasta con mascotas que con los mismos adultos mayores, porque lo terminan viendo como una carga y por lo mismo no le dan el debido respeto que merecen, por toda la trayectoria que ellos llegaron a hacer en sus años de productividad”.

Andrés Astorga, administrador de la Casa del Anciano del Padre Estala. / Foto: Roberto Rodríguez | El Sol de La Laguna

Andrés dio un mensaje a la población joven, en el que pide sensibilidad y conciencia de que llegará el momento en el que seremos parte del sector de adultos mayores:

“Sensibilizarnos en que es una etapa dura de la vida, en la que mucha gente rechaza por la situación física o mental de las personas, pero, que nadie está exento y que todos al final vamos para allá, entonces, creo que ese es el mensaje, muchas veces uno se siente con toda la energía y como si nunca fuéramos a estar en esa situación y eventualmente llegará el momento en que seremos adultos mayores”.

El entrevistado dijo que no siempre es necesario el aportar dinero o comodidades a un adulto mayor, sino que darles tiempo y atención es un gran regalo para ellos:

“A ellos les viene muy bien la compañía, porque se sienten muy solos y cualquier muestra de cariño o afecto, incluso no tiene que ser brindar recursos económicos, ni donaciones en especie, sencillamente donar el tiempo para hacerles pasar un rato agradable y que se sientan queridos, yo creo que todos merecemos amor y respeto, entonces, invitar a la gente a que se sume a apoyar este tipo de causas”.

'Mi hija me corrió de la casa'

María del Socorro, de 74 años de edad, quien es una de los huéspedes de la Casa del Anciano del Padre Estala, compartió su testimonio de rechazo y abandono por parte de su hija con la que compartía vivienda:

“Llegué en mayo de este año. Yo vine a dar acá al asilo porque mi hija me corrió, realmente me corrió ella, me dijo que ya no quería que estuviera ahí, que yo estaba de armada, que no servía para ser mamá y no servía para nada, su molestia era porque yo nomás estaba con ella diciéndole que no hiciera esto, que no hiciera aquello, pero no le parecía, porque como es drogadicta a la mentada piedra, cristal, no sé cómo le dicen”.

“Fueron muchos años así, hasta que dije ‘yo qué estoy esperando’, era tanta maldad la que tenía para conmigo, yo lo que hacía era que me escondía en el último cuarto para que no me dijera nada, pero ella ya me había dicho que no me quería ahí, que yo no servía para nada y que le estorbaba”.

María del Socorro fue corrida de su casa por su propia hija. / Foto: Roberto Rodríguez | El Sol de La Laguna

Para Socorro, lejos quedaron aquellos momentos que compartía con sus hijos, en los que se sentía querida por ellos:

“Aunque no tuvimos una buena vida, sí tengo recuerdos muy bonitos con mis hijos de chiquitos, la pasábamos bien, pero eso fue cuando eran niños mis hijos, ahora estoy corrida por mi única hija que me queda”.

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Afortunadamente pudo dejar esa vida de maltrato y humillaciones que le daba su hija y aunque sabe que quizá ya no la volverá a ver, prefiere seguir en el asilo, un lugar donde le han brindado cariño y atención:

“A mí me gusta mucho coser, dibujar, pintar, es en lo que me entretengo aquí, también ayudo a limpiar frijol para la comida. Aquí estoy mejor, para nada pienso en regresar con mi hija y volver a sufrir maltrato, estoy mejor muy lejos de todos ellos, yo a mi casa ya no vuelvo”.