Flor Leyva Santos, de 55 años, es una persona de talla baja, mide 1.10 metros, y en una charla nos compartió parte de su vida, resaltando que a pesar de la apertura de valores y criterios que se ha dado en la sociedad actual, aún siguen siendo discriminados por su condición, así como se dificulta su vida por la falta de espacios y trabajos adecuados, “La vida nos ha dado muchas dificultades y nos hace fuertes para salir adelante. Somos de talla baja pero tenemos un gran corazón”.
Entre los recuerdos de su vida nos comparte que es natal de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, llegando a La Laguna por incorporarse al espectáculo de los Enanitos Toreros de Torreón, en donde duró cerca de 15 años, “Tengo ya 25 años aquí en La Laguna ya me quedé para siempre, tengo una hija que es de talla baja y una nieta que igual es pequeña. Donde mi hija trabaja con ellos”.
Al preguntarle qué ha significado en su vida el ser una persona “pequeña”, dijo: “Es un don que Dios nos da, tenemos salud y estamos completos. Pero no podemos negar que se nos dificulta una vida normal porque el mundo no está hecho para nosotros. Batallamos para poder acceder a edificios o tan solo para usar el transporte público”.
“Sino voy con alguien de estatura promedio se me dificulta poder hacer uso de los servicios normales. Es una parte de lo que vivimos. Así como sufrimos por la crueldad de adultos y niños, recordando que ellos dependen de nosotros como padres, por lo que debieran de darles una mejor educación y no ver la condición de la gente, sino poder valorarlo por su interior”, comentó.
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Añadió que no se lamenta de tener esta condición de talla pequeña, ya que ésta le abrió las puertas de poder viajar por todo el territorio nacional con el espectáculo que la trajo a esta región, así como le dio la oportunidad de colaborar con artistas o deportistas reconocidos, “He sido dichosa de poder vivir todo lo que he podido hacer”.
Por último, nos dijo que es feliz con su vida pero le preocupa que su hija y nieta puedan contar con una fuente de ingresos y que les pueda proporcionar la posibilidad de poder tener prestaciones laborales que les asegure una buena calidad de vida. “La vida nos ha enseñado a ser fuertes, pero necesitamos ser conscientes y por ello en este cuerpo pequeño se guarda un gran corazón”.