Torreón, Coahuila.- Un día como hoy pero del 2020, José Ángel, un estudiante de 11 años de edad del Colegio Cervantes de Torreón llevó armas de fuego escondidas entre sus pertenencias, pidió permiso para ir al baño, salió del salón y al regresar disparó contra su maestra y la mató. Además hirió a seis de sus compañeros y después se terminó con su vida.
De acuerdo a las investigaciones de la Fiscalía de Coahuila, el menor vivía en casa de sus abuelos tras el fallecimiento de su madre y después de que su padre les dejara la custodia.
El único detenido fue el abuelo del niño, que también se llama José Ángel, y tiene 58 años de edad, pues en su domicilio tenía las pistolas. Sin embargo, en octubre de ese mismo año recuperó su libertad.
Cabe destacar que gracias a la oportuna intervención de la Cruz Roja de Torreón, dos vidas se lograron salvar.
Y es que el director de la benemérita institución, César Ariel Tapia Rodríguez, dijo que fueron los primeros en llegar a la escena del crimen.
“Aquí se trajo a uno de los niños con dos heridas por armas de fuego, se le estabilizó por completo y luego se trasladó al Sanatorio Español, y ahora está con vida”.
El menor llegó en condición grave, tenía disparos en el abdomen y en la región torácica.
También se dieron los primeros auxilios a los otros cinco heridos, lo cual fue fundamental para no permitir su fallecimiento, indicó.
“Los atendimos ahí en el momento, los estabilizamos y también los trasladamos al Sanatorio Español, porque ahí tienen su servicio médico”.
“De no ser por nosotros, dos vidas más, al menos, se hubieran perdido”.
Resaltó el trabajo del comandante de Socorrismo, Jorge Luis Juárez, quien estuvo presente en todo momento desde que se reportó la emergencia.
Indicó que acudieron tres ambulancias con un total de 12 especialistas para brindar los servicios correspondientes.
“Entre técnicos en urgencias médicas y especialistas en atención prehospitalaria para preservar la vida”.