Torreón, Coahuila.- Para investigadores, la matanza de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968, uno de los genocidios más atroces en la historia de México, es una fecha que no debe olvidarse.

Carlos Castañón Cuadros, director del Archivo Municipal Eduardo Guerra e historiador en Torreón reprobó la postura de algunos personajes del país que defendieron la respuesta represiva del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. La ruptura entre diversos grupos integrados por estudiantes y el sistema político se fraguó con esa masacre en la Plaza de las Tres Culturas.

Castañón Cuadros destacó que este movimiento representó un punto de quiebre del país, no sólo del sistema político autoritario, “donde prácticamente dejó ver la peor versión del Estado mexicano que se vuelca contra los estudiantes, contra las protestas y que mostró la intolerancia a manera de violencia de Estado contra la población en México; particularmente contra los estudiantes”.

Recordó que en la década de los años sesenta y más en la coyuntura política que estaba viviendo el país y la capital, no se podía manifestar libremente la gente, “para ello el Estado mexicano los aplastó con el Ejército y con las corporaciones de inteligencia en ese momento, incluso utilizando a los granaderos echándole las armas al pueblo”.

Sobre los intelectuales que apoyaron como Salvador Novo, por ejemplo, consintieron lo que el sistema político de ese entonces realizó en contra de los estudiantes, “él consideró bien lo que se había hecho, el mismo Gustavo Díaz Ordaz salió a justificar esta acción, a justificar lo injustificable; asumió toda la responsabilidad”, citó el historiador.

Un hecho que aderezó el genocidio ordenado y perpetrado por el Gobierno de México fue sin duda la realización de los Juegos Olímpicos de México 1968. “Este hecho borra o pretendió borrar la matanza de Tlatelolco, esto sin embargo no se logró porque había prensa internacional, no se pudo justificar lo injustificable a todas luces, pero sí, hubo una parte de la sociedad mexicana que apoyó al régimen autoritario que lo avaló, pero también hubo otra parte de la sociedad crítica que condenó los hechos”, expuso.

Castañón Cuadros subrayó un hecho con relación a esta masacre, el cual fue la apertura de los archivos de la nación, que “muestran cómo el Estado mexicano conflagró contra sus ciudadanos mexicanos”.

Sobre qué era lo que ocurría en Torreón en esos años, Castañón Cuadros destacó que por los tiempos y la época no existía la misma rapidez de las noticias que por obvias razones existe hoy.

“Se tarda un poco en llegar la información, sí llega, sí se sabe prácticamente al día siguiente; los periódicos locales publican sobre un zafarrancho, sobre unos actos violentos en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, pero no queda claro bien a bien qué es lo que pasó”, indicó.

MARCÓ AL PAÍS

Por su parte, Lerins Varela Castro, responsable del Cuerpo Académico Política y Sociedad y coordinador de la Maestría en Ciencias Sociales para el Desarrollo Interdisciplinario, destacó que particularmente en la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) se ha tratado de seguir socializando este acontecimiento en la vida del país.

“El 02 de octubre es una fecha que no se olvida, porque es un momento importante, sobre todo para las universidades, empezando por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sobre todo porque está ahí el Politécnico Nacional, todas las instituciones de educación superior que estuvieron involucradas, incluyendo la Universidad Autónoma de Chapingo y la Escuela Normal de la Ciudad de México, este momento es muy importante aunque a veces se nos olvida el 23 de junio Día del Estudiante, que también es una fecha significativa porque es cuando se da la autonomía en la máxima casa de estudios del país.

“Yo estaba en segundo de secundaria, en ese momento lo que más nos interesaba era si nos iban a suspender las clases, no para el movimiento (estudiantil), sino para poder ir a ver las Olimpiadas; en aquel entonces era muy complicado verlas, nuestra preocupación era esa, por qué, porque los medios no decían más que lo que decía la única televisora (del país), decía que todo era un contubernio, llegan las Olimpiadas y termina todo eso”, detalló.

Durante los años posteriores a 1968, diversos grupos universitarios comenzaron a generar ciertos movimientos que se relacionaban a la temática al estar muy reciente dicho acontecimiento que manchó de sangre el país y la propia capital que fue el epicentro de esta noticia.

“Uno de ellos me acuerdo muy bien que era el grupo CLETA, Centro Libre y de Experimentación Teatral y Artística, que ellos venían a promover a través del teatro callejero lo que habían sido episodios del 68, el compañero que durante mucho tiempo estuvo muy famoso en todo el país, Enrique Cisneros, que falleció hace algunos años, que todavía a pesar de la edad seguía en esos movimientos”, indicó.

A través del tiempo esto va a seguir, la mayoría de las instituciones no lo consideran pero a decir del investigador y catedrático, las redes sociales vienen a ser una plataforma interesante de exposición de temas como lo que ocurrió en 1968.

“Lo más importante es que eso sigue vigente, en la UAdeC, en particular en la FCPyS, esa es la que en cada año a pesar de que a veces ha habido crisis en la Universidad siempre ha habido un evento mínimo o máximo, pero siempre ha habido, en los últimos años los muchachos se organizaban y salían a las calles” a marchar en silencio y pacíficamente para exigir justicia, porque la matanza de Tlaltelolco no se olvida; no se debe olvidar.