Cuatro Ciénegas, Coahuila.- Uniendo esfuerzos la Fundación Gonzalo Río, el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, la Comisión Nacional del Agua, el Ayuntamiento de Cuatro Ciénegas, la Universidad Autónoma de Coahuila y la Secretaría del Medio Ambiente, se ha iniciado con la primera etapa del rescate de este importante ecosistema con una estrategia que tiene como objetivo central revertir el proceso de humedad, regular el uso del agua y acordar con concesionarios del agua qué porcentaje se puede reintegrar para la recarga, proyecto que será presentado a finales del mes de agosto al gobernador del Estado, Miguel Ángel Riquelme Solís, confirmó la titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Eglantina Canales Gutiérrez.
Tras reconocer que se trata de una situación por demás seria, en donde ya no es necesario preguntar lo que pasa, sino tomar las acciones contundentes para revertirlas, la funcionaria estatal, dijo que sería una mentira hablar de que esta situación se rescatará al cien por ciento, pues eso sería imposible pues se trata de un problema que data desde el siglo XIX.
“Vamos a ponernos a trabajar todos en un mismo sentido, pues sabemos que la Conagua tendrá que hacer su parte de la mano de los productores que viven de sus cultivos”, agregó.
En Cuatro Ciénegas se estima existían unas 300 pozas y del agua que se tenía localizada en el siglo pasado sólo prevalece un diez por ciento, advierten los especialistas en uno de sus últimos informes.
Canales Gutiérrez expresó que, de la mano de la Fundación Gonzalo Río, del Fondo Nacional de Conservación y de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, se entregará al gobernador Riquelme un plan integral que ya realizan los investigadores de la Universidad Autónoma de Coahuila para revertir el proceso de humedad utilizando para ello la red de canales que ya no llevan al agua a ninguna parte, pero que ahora puede ser utilizados para dirigir el agua a estas humedades con una pequeña inversión.
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“Vamos a recuperar Cuatro Ciénegas en sus sitios donde puede ser recargado, pues existe la voluntad de todos para recuperar los lugares inundables y de antemano ya se trabaja en la primera fase de prueba en el ‘garabatal’ en una superficie de entre 15 a 20 hectáreas”, explicó.
En el sentido la alcaldesa de Cuatro Ciénegas, Yolanda Cantú Moncada dijo que ya se han sentado a la mesa todos los interesados en resolver el grave problema que enfrenta el ecosistema y ya sólo falta definir bien los puntos donde tendrán que ponerse a trabajar.
“Los productores se tienen que sumar modificando las prácticas que por años se tuvieron y para ellos han sido rentables, pero que también le han representado un serio golpe para la naturaleza”, reiteró Cantú Moncada.
“Si contamos con el respaldo del gobernador Miguel Riquelme y cada dependencia hace lo que le corresponde, estoy convencida de que vamos a rescatar Cuatro Ciénegas”, reiteró.
“En el desierto de Coahuila, pozas de agua albergan los mismos tipos de microorganismos que habitaban la Tierra hace miles de millones de años. Se trata de valiosísimos ecosistemas para estudiar la vida primitiva, lamentablemente su existencia se encuentra amenazada, y en eso tenemos que trabajar muy seriamente”, reiteró
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Cuatro Ciénegas es un valle pequeño, también conocido como un bolsón: un área de las montañas, en las regiones áridas, donde el agua de lluvia no tiene salida superficial hacia el mar. Está situado en el centro de Coahuila, a 740 metros sobre el nivel del mar y rodeado de altas cadenas montañosas que llegan a rebasar los 3,000 metros de altitud. El valle mide cerca de 40 kilómetros de este a oeste y 30 de norte a sur. Lo cruzan por la mitad la Sierra de San Marcos y la Sierra de Pinos.
Por encontrarse en la margen oriental del desierto de Chihuahua, en Cuatro Ciénegas prácticamente no llueve: apenas unos 200 milímetros al año entre los meses de mayo y octubre.
DATO HISTÓRICO
Cuatro Ciénegas llegó a tener más de mil 100 especies de plantas y animales, y entre las que se han registrado, 77 se describen como únicas de la región. Además de su importante fauna acuática, que incluye seis especies endémicas de peces que están en peligro de extinción, es el hábitat de unas 140 especies distintas de aves, de las cuales siete son endémicas y 15 se encuentran bajo alguna categoría de protección.
Se han registrado 35 especies de mamíferos. Aunque ninguna de ellas es endémica, una está sujeta a protección especial (Euderma maculatum o murciélago pinto), otra se considera amenazada (Taxidea taxus o tlalcoyote) y dos más están en peligro de extinción (Ursus americanus, subespecie eremicus, u oso negro y Erethizon dorsatum o puerco espín del norte).