Después del primer semestre del año se ha mejorado la economía nacional, contrario a lo que se pensaba de cómo se iba a cerrar, pero a pesar de eso el 2023 se percibe débil, con un crecimiento por debajo de lo que terminará el 2022 y con una industria de la construcción deprimida que no ha logrado despegar y se mantiene en los niveles de prepandemia y eso es preocupante.
Lo anterior lo subrayó Alejandro Hernández Bringas, presidente nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF), al comentar que este año se cierra mejor de lo esperado y que ya se está en una perspectiva del 3% de crecimiento.
Pero enfatizó que uno de los principales motores del país, como lo es la industria de la construcción no ha generado actividad económica, no ha logrado despegar, esta deprimida, desde antes de la pandemia y eso es sinónimo de alarma porque es un sector que más contribuye al Productor Interno Bruto de México (PIB).
“Esa falta de crecimiento de este sector es parte fundamental de la perspectiva de crecimiento económico no tan alentador para el 2023”, agregó.
Mencionó que por ello se requiere mayor construcción que estimule la inversión y la generación de empleos, parte donde juega un papel importante la obra pública.
Comentó que este año la inflación cerrará al 8%, mientras que para el 2023 se estima que sea de un 4.1%, pero que del 8 al 4 es una bajada importante pero que sigue por encima del 3% que es el objetivo del Banco de México.
