Viesca, Coahuila.- Con un hotel, cuatro hostales y cuatro restaurantes de tradición, es toda la infraestructura turística con que se cuenta en Viesca, un pueblo mágico que sin agua y sin magia, atraviesa por una de una de sus peores crisis que se recuerdan, y lo más lamentable, por años han vivido de las promesas y del pronto invertirán para que vengan los turistas, promesas que nunca se han cumplido.
A esto hay que agregarle que, desde hace tres años, el gobierno federal decidió cancelar el presupuesto para todos los pueblos mágicos de Coahuila, y con ello Viesca se quedó sin fondos para seguirle invirtiendo a su infraestructura, al grado de que sus pozos de agua se secaron y el único parque recreativo para sus miles de familias, el parque “Juan Guerra” tuvo que cerrarse.
Hoy el alcalde Hilario Escobedo de la Paz está intentando rescatarlo, ya se demolieron las albercas tradicionales del mismo y se inició con la recuperación de la noria que les abastecerá de agua potable, pero esto aún no es nada seguro.
Viesca fue fundado el 24 de julio de 1731, teniendo como primeros habitantes a indios tlaxcaltecas y posteriormente a españoles, que dejaron grandes herencias a quienes aún recuerdan a sus antepasados, pues muchos más decidieron marcharse ante la falta de progreso y trabajo.
“Hace cincuenta años este municipio era un vergel, aquí lo que sobraba era el agua que nacía de la tierra, siendo la conocida como la del túnel, la que más aportaba al caudal, no había nada de qué preocuparse, pues se tenía lo más preciado que era el agua, que, en menos de un año, extrañamente se terminó y todos se comenzaron a ir de Viesca”, recuerda Laura.
“La verdad la infraestructura turística con que cuenta este pueblo mágico es muy poca, si consideramos que solo se tiene un hotel con capacidad para 20 personas y unos cuatro hostales que dan hospedaje a otras 25, quiere decir que en total para las vacaciones de verano se tienen 45 habitaciones en total”, explicó quien en su momento encabezo la dirección de turismo.
En Viesca se tienen cinco restaurantes, siendo el más grande el conocido como “El Viejón” con capacidad para unas sesenta personas, “Las delicias Montiel”, “Antojitos Paty”, “Doña Maby” y “El Mesón de mis abuelos”, estos últimos cuatro de menor capacidad.
Hoy se tiene muy poco para visitar en Viesca, pues fuera del jardín etnobiológico que construyo la Universidad Autónoma de Coahuila, las ya tan famosas y olvidadas “Dunas de Bilbao”, la Hacienda de Hornos y su iglesia de Santa Ana y las ruinas de la fábrica de sal, de ahí en más, ya no hay para donde voltear.
Los años han transcurrido y no ha habido un empresario que le quiera apostar a Viesca, con la construcción de un buen hotel o que decir de la construcción de un parque de diversiones que haga a este pueblo mágico un pueblo con magia, pero como hacerlo si su gran impedimento, es que este pueblo está sin agua.
La procesión del silencio de año con año atrae a miles, pero pocos se quedan a disfrutar del llamado pueblo mágico de Viesca, que sin duda se quedó sin magia y sin agua.